La Nueva España » Cartas de los lectores » Ver para creer; mejor dicho, leer para saber

Ver para creer; mejor dicho, leer para saber

26 de Marzo del 2011 - Sabino Álvarez Pazos (Mieres)

Leo en LA NUEVA ESPAÑA del viernes 18 de febrero 2011 las declaraciones del profesor don Manuel Pastor respecto a los acontecimientos ocurridos en España la noche del 23 de febrero de 1981 y, la verdad, no salgo de mi asombro.

Nada menos que lo que ha tenido en vilo a cuarenta millones de españoles aquella noche del 23-F parece ser que fue urdido por un señor amigo del Rey don Juan Carlos, concretamente por Prado y Colón de Carvajal, con la anuencia (consentimiento) de éste (del Rey) y del Partido Socialista. Cuesta trabajo creer que un acontecimiento tan serio como la situación de un golpe de Estado militar haya sido urdido nada más que para fortalecer ante los españoles. ¿A quién o a quiénes? (...) A la una y quince minutos de esa misma noche aproximadamente hemos visto al Rey don Juan Carlos I en televisión y creo recordar que las primeras palabras fueron para Jordi Pujol, a la sazón presidente de la comunidad catalana diciéndole: tranquilo, Jordi, que todo está controlado. Más o menos esto es lo que yo recuerdo de aquella aciaga noche teniendo en cuenta que ya han transcurrido treinta años.

En la misma página de LA NUEVA ESPAÑA portadora de esta noticia se puede leer lo siguiente escrito en letras mayúsculas: «A don Juan Carlos se le escapó y dijo que Prado y Colón de Carvajal estaba en el palacio de la Zarzuela la noche del 23-F».

Leído esto, en nuestro grupo de tertulianos sacamos en consecuencia que el Rey don Juan Carlos no era ajeno a lo acontecido el 23 de febrero de 1981, simplemente no entendemos por qué se gestó una mascarada de aquella envergadura manteniendo a toda una nación sumamente preocupada durante muchas horas. Personalmente espero y deseo que herederos políticos no tengan que asumir un día más o menos lejano responsabilidades por acontecimientos que muchos españoles/as nunca hemos logrado entender.

Aunque no estoy versado en temas militares, me atrevo a decir que el teniente coronel don Antonio Tejero Molina no habría llegado a esa graduación en el cuerpo de la Guardia Civil si fuese tan torpe como alguien pretendió hacernos creer que lo era en aquel fatídico día –noche– del 23-F, ya que considero que este señor no llevaría a cabo una acción de tal envergadura, pienso yo, si no se hubiese sentido respaldado por (...) como también creo que un señor teniente coronel no saldría del cuartel con la tropa de guardias civiles a su mando sin haber recibido órdenes para tal fin de un mando superior (...).

Espero y deseo, señor Tejero Molina, que conserve usted la vida y la salud para cuando la verdad y nada más que la verdad de lo ocurrido aquella noche resplandezca tanto como el buen sol que nos alumbra en primavera.

De todos formas, en nuestro amplio círculo de tertulianos reunidos periódicamente para comentar temas relacionados con la política nacional, han sido muchas las preguntas sobre el 23-F para las que nunca hubo respuestas, y una de ellas era: ¿a quién o a quiénes les interesaba hacer una representación tan bananera como fue el asalto al Congreso de los Diputados aquella noche? La historia está escrita y más temprano o más tarde los españoles/as sabrán todo lo que pasó la noche de 23 de febrero de 1981, será el momento de disculpar a quien se creía culpable para culpar a quien permaneció en la «sombra»; no tengo duda alguna de que las sorpresas serán mayúsculas.

De todas formas, ya han pasado treinta años, más que suficientes para que nos olvidemos un poquito de aquel tema y pensemos más en el momento actual de una España la cual no parece estar muy boyante si tenemos en cuenta la bajada de pensiones y los salarios de los funcionarios.

Sabino Álvarez Pazos

Mieres

Cartas

Número de cartas: 45941

Número de cartas en Septiembre: 45

Tribunas

Número de tribunas: 2083

Número de tribunas en Septiembre: 5

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador