Jesús Eguiguren se resiste a jubilarse
Nunca me cayó bien, sobre todo desde el episodio de los "paraguazos" : lo primero porque fue cabeza visible del socialismo "giputxi", flirteando, en mi opinión, con el nacionalismo vasco y siempre confrontado con el socialismo vizcaino y lo segundo porque soy mujer. Hemos mirado casi siempre para otro lado, "por el bien del Partido" y sólo se nos ocurrió, con las de "Clara de Campoamor", abandonar, de modo simbólico, el recinto de la Feria de Muestras de Bilbao, cuando empezó su intervención como Secretario General de los socialistas guipuzcoanos, "el día de la Rosa" de ya no recuerdo qué año.
Pero dejemos a un lado mis apreciaciones personales para intentar comprender su salida de pie de banco y su última "carta abierta".
Euskadi es una Comunidad pequeña compuesta por tres provincias con sus peculiaridades propias y peso político específico. Quisiera huir de los tópicos y de las generalidades para no herir susceptibilidades - que me perdonen- pero no me queda otra opción: Guipúzcoa es más ¿cómo diríamos? "egocéntrica", Vizcaya más "abierta " y Alava más "moderada", siendo los "giputxis" y los "bilbainos" protagonistas de lides y chistes mutuos y recíprocos - valga la redundancia.
Estas peculiaridades son reflejo de las características de su ciudadanía y son visibles en la composición de las ejecutivas de los partidos políticos (me refiero a todos) que les representan, teniendo que hacer éstos equilibrios para aunar, en lo posible, criterios y mostrarse ante los demás fuertes y unidos. Salvo algun que otro episodio y disenso interno, casi siempre lo consiguen : cuotas en base a representación territorial, a "sensibilidades" diversas,etc. Y casi siempre recae en un vizcaíno el cargo de mayor responsabilidad : le ocurre al PSE-EE, al PNV y al PP.
El "rango" de "Presidente" en el Partido Socialista es más un "reconocimiento por los servicios prestados" que el de un cargo ejecutivo. Es una denominación que pretende honrar al destinatario y manifestar respeto como lo fue para Ramón Rubial o, en otros casos, como lo es para Jesús Eguiguren un "digno pase a la reserva".
Pero Eguiguren se resiste a jubilarse, a perder el protagonismo que tuvo y hete aquí que se encomienda asimismo el acabose de ETA.
Es difícil y es de valientes ser, actuar y militar en el País Vasco sin ser nacionalista y , más aún si cabe, en Guipúzcoa.Incluso me permito afirmar que ciertas actitudes sólo pueden comprenderse y perdonarse si tu vida está en Euskadi, si has sufrido el asesinato de un vecino, de un amigo, de un compañero, de un familiar o de un guardia civil (cuyo féretro bien pocos acompañábamos, por cierto, en aquel entonces), si estás agotado de tanto dolor propio y ajeno, de tanta militancia a contra corriente, de tanta manifestación, de tanta repulsa.
No reprocho a Eguiguren sus ansias ni su ilusión vital por asistir al fin de ETA - !faltaría más!- ni su participación en reuniones más o menos clandestinas para intentar conseguirlo, ni siquiera su acto de fe en Sortu.
Reprocho a Eguiguren su "carta abierta" porque su Partido tiene cauces que le permiten manifestar sus opiniones, ser oído y escuchado. Su actuación parece obedecer a algun compromiso inconfesado, como si tuviera que saldar alguna deuda contraída. Pero lo más cierto es que esté, sin saberlo, desorientado, enfermo, padeciendo un agudo síntoma del síndrome de Estocolmo.
Lo puedo comprender.
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