A vueltas con la Policía Local

Hace unos días el departamento de UGT especializado en asuntos de la Policía Local nos sorprendió con un profuso y confuso estudio sobre la problemática que padecen las diferentes plantillas de los cuerpos de seguridad dependientes de los entes locales, y que, a juzgar por los resultados obtenidos, parece que es bastante homogénea en todos los concejos independientemente de la adscripción ideológica de sus gobernantes.

Sería loable esta iniciativa si realmente el estudio se hubiese hecho con el rigor necesario, cosa que me permito dudar. Los imprecisos datos facilitados en la rueda de prensa y las conclusiones hechas públicas por los dirigentes sindicales inducen a pensar que se invirtió el orden del proceso y se reconstruyó el estudio a partir de las conclusiones que se pretendían justificar.

Si, como afirman los responsables del sindicato, los resultados se obtienen sobre una muestra del 21% de los 1.220 agentes en activo que hay en el Principado de Asturias, podríamos considerarla como poco representativa, más teniendo en cuenta que no se especifica qué criterios se utilizaron para repartir los cuestionarios entre la población a estudio: si se entregaron sólo a simpatizantes o afiliados del sindicato, si se tuvo en cuenta la edad de los encuestados, su nivel de estudios, si se llevó a cabo por personal especializado en este tipo de encuestas, tanto la elaboración de las preguntas como las conclusiones. Si consideramos que UGT tiene representación en la casi totalidad de los ayuntamientos del Principado de Asturias, no hubiera supuesto mucho más trabajo realizar la encuesta a los 1.220 agentes. Así el margen de error sería prácticamente nulo.

Se permite afirmar el sindicato sin ningún rubor, en base a los datos de la encuesta, que en Oviedo todos los encuestados reconocen favoritismos y son la plantilla más crítica con sus mandos policiales y políticos. Esta conclusión ya nos da una pista inequívoca de la tendenciosidad de la iniciativa, ya que analizando los datos facilitados por los propios sindicalistas las personas encuestadas en la plantilla de Oviedo serían menos de 40, de un total de casi 280 efectivos, o lo que es lo mismo, menos de un 15%.

Si como es de suponer, la hoja de la encuesta se entregó a policías simpatizantes o afiliados de la propia UGT, sí deberían comenzar a preocuparse del 68,8% de respuestas que consideran la acción sindical regular o negativa.

Hay que reconocer que las policías locales han ido asumiendo cada vez mayores cotas de participación en la seguridad pública de nuestros pueblos y ciudades, algunas veces casi sin pretenderlo. También es patente que pocas veces estos colectivos tuvieron un decidido apoyo político para potenciar sus funciones y definir lo que podría asemejarse a la carrera profesional.

A nivel autonómico hubo una excepción a esta falta de interés político, precisamente cuando la Consejería del Interior estaba dirigida por el Sr. Francisco Javier García Valledor, sin cuyo empeño personal la actual ley de Coordinación de Policías Locales del Principado de Asturias no hubiese visto la luz. La anterior ley de coordinación fue promulgada en el año 1988 y era un texto meramente formal de tan sólo 6 artículos, que establecía un plazo de un año para su desarrollo reglamentario, hecho que no llegó a producirse jamás.

El mismo camino parece seguir la actual ley de Coordinación del año 2007. Nuevamente se vuelve a fijar el plazo de un año para el desarrollo de las normas marco, cuya finalidad sería regular de forma eficaz el ejercicio de la profesión de policía local, así como la forma de organización de las plantillas y las funciones de cada categoría profesional. Pues bien, cuatro años más tarde aún seguimos esperando por ellas. La responsabilidad, en este caso, sí tiene padre: la Comisión de Coordinación de las Policías Locales, donde están representados el Principado de Asturias, los concejos asturianos y los sindicatos más representativos (aquí sí se puso mucho empeño en que hubiera cuatro representantes para tres sindicatos. Adivinen quién tiene dos).

Quizá no pensaron los responsables del departamento de Policía Local de UGT que si esas normas marco estuviesen elaboradas y vigentes, muchos de los problemas que denuncian estarían solucionados, o al menos en vías de solución.

Aparte de la falta de vocación de los policías en activo que refleja el estudio (72 agentes de 1.220), existe a mi entender otra causa que justifica esa manifiesta insatisfacción padecida por las plantillas de las policías locales. El origen estaría en el planteamiento de la negociación de las condiciones laborales en los ayuntamientos. A diferencia del Cuerpo Nacional de Policía, que tiene condicionada por la ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad su representación sindical a formaciones exclusivamente profesionales, las policías locales deben negociar sus condiciones laborales en mesas de negociación donde hay representados un sinfín de sindicatos, muchos de los cuales con un desconocimiento absoluto de la profesión policial y pocos o ningún afiliado en el sector, pero aun así pueden llegar a tener bastante peso en las decisiones.

La UGT, ante la evidencia de que los componentes de las plantillas de Policía Local parecen estar demandando sindicatos con un talante más corporativo (en el buen sentido de la palabra), se ha inventado esta sección especializada en Policía Local, la cual en cuatro años de trabajo dio como resultado dos concienzudos estudios a nivel autonómico. Como dice el refrán, la zorra cambia su pellejo, pero no sus mañas.

Lo dicho, un estudio con poco rigor, poca credibilidad y que por sí mismo justifica la queja del 68% de los encuestados que consideran la acción sindical regular o negativa.

Alberto de Miguel

Policía Local, Oviedo