La verdad por delante

Con relación a la noticia publicada el domingo 13 de marzo de 2011 en la página 27 de LA NUEVA ESPAÑA, firmada por R. Murias, relativa a la preocupación que ciertos vecinos de Belmonte trasladaron al presidente de Foro Asturias sobre el supuesto «abandono» que sufre el único coto de caza que hay en la comarca, provocando que muchos aficionados a la caza opten por abandonar este deporte o que acudan a otras comunidades a practicarlo, en calidad de presidente del Club Deportivo Básico Peña Manteca coto de caza 065 Belmonte y actual adjudicatario de la gestión cinegética, quiero exponer lo siguiente:

Primero: En la actualidad el coto tiene 212 socios entre caza mayor, caza menor, cuota social y monteros, de los cuales el 50 por ciento no son residentes en el concejo de Belmonte, distribuidos en ocho cuadrillas de caza mayor, correspondiéndole a cada cuadrilla 22 batidas de jabalí al año. Los socios cuentan además con 2 recechos de venado macho, y 10 recechos de corzo macho; en cuanto a la caza menor, lo que dictamine la disposición general de vedas del Principado de Asturias y refleje el plan técnico del coto Perdiz Roja, cuenta con 5 permisos. Animismo, se cuenta con 22 cacerías de jabalí, 40 recechos de corzo macho, 2 rebecos macho y 2 de venado macho, y ello con destino a la promoción del turismo. Los cazadores proceden de Estados Unidos, Panamá, Sevilla, Jerez, Almería, Granada, Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, País Vasco, Cantabria y Asturias, por lo que dichos cazadores pernoctan en los establecimientos hosteleros y casas rurales del concejo a razón de dos o tres personas por permiso durante cuatro días.

Segundo: En el año 2010 se pagó en concepto de daños causados en fincas, pastizales y sembrados a vecinos, ganaderos y agricultores por especies cinegéticas 26.000 euros y además 15.000 euros de prevención mediante colocación de pastores y cierre de fincas. El convenio con la Fundación Oso Pardo supuso 17.000 euros en la primera fase de desbroces de sendas y limpieza de caminos, en actuaciones en los pueblos de Vigaña, Castañera, Cigüedres, Quintanal, Villar de Zuepos, San Esteban, Rozos, La Fabera, Agüerina y Agüera, queda pendiente la segunda fase de actuación. Asimismo, se hace frente al salario de tres guardas de caza, al canon cinegético, al seguro de responsabilidad civil, a los siniestros de carretera y otros varios, y todo ello sin más ayuda que la que recibimos las sociedades de cazadores y por parte de la Administración regional en concepto de prevención y de daños que en el año 2009 ascendió a 1.900 euros. Esta sociedad no cuenta con ninguna ayuda del Ayuntamiento de Belmonte, al que en su día solicitamos la cesión de un local para sede social, ayudas para la reparación de caminos y pistas, y desbroce de los mismos, así como la adaptación de un local para desholle y despiece de animales que a su vez sirviera como sala de toma de muestras para veterinario con equipamiento adecuado y contenedores de recogida de residuos, como de hecho disponen la mayoría de los cotos de Asturias gracias a la colaboración de sus respectivos ayuntamientos.

A la vista de todo ello parecen obvios los beneficios que el turismo y los socios a los que atrae el noble deporte de la caza reportan el concejo de Belmonte.

A título personal y como vecino que soy de la zona rural de Belmonte me llama la atención la ausencia de preocupación, para el medio ambiente, como el impacto ambiental del parque de eólicos de sierra de Begega y el Courio, la balsa de residuos de la mina de oro, la recuperación de los núcleos rurales, mediante ayudas de rehabilitación de viviendas, y aplicando por el contrario políticas encaminadas al abandono de los pueblos del concejo.

En la actualidad hay vecinos de las zonas rurales que no tienen acceso a sus viviendas, en caso de enfermedad si precisan los servicios médicos o de una ambulancia, por falta de hormigonado de los caminos, el 80 por ciento de la fincas no cuentan ni tan siquiera con una pista para el acceso con un tractor para recoger sus cosechas que en la mayoría de los casos siguen utilizando el «Ramo o «Rastro» como en tiempos de los romanos, y ello por no hablar de que la mayoría de fuentes y abrevaderos están destruidos o de cómo llegar a las explotaciones ganaderas o de la falta de una ordenanza municipal que regule el sector de pastos, forestal, agrícola y ganadero.

Por lo anteriormente expuesto, señores de Foro Asturias, me pongo a su disposición no para mostrarles mi preocupación, sino para desmostrarles in situ lo expuesto y puedan tomar buena nota de ello.