Tirados en Barajas
Cumplo 46 años y, aunque a partir de determinadas edades cada vez hay menos que celebrar, mi hija, que ha iniciado este curso universitario en Madrid, ha querido darme una sorpresa y venir a felicitarme en persona (que de skype ya estamos un poco saturados) porque, además, como el sábado es el «día del padre», la doble ocasión lo merece. Para ello, hace casi dos meses y con la complicidad de su madre, sacó un billete con Iberia para el vuelo del viernes a las 21.25.
Pero nuestra compañía de bandera decidió que ese vuelo no salía y toda la ilusión de mi hija se ha convertido en rabia, desesperación y llanto. Su madre, en Ranón, desesperada porque nadie sabe o quiere saber nada. Ella, en Barajas, peleando porque al menos le devuelvan la maleta para intentar viajar en el bus que sale de Barajas a las 23.00 para Oviedo, y los empleados/funcionarios de Iberia, sin ninguna respuesta coherente. Por supuesto, de compensaciones, ni tienen idea ni les preocupan, pasándose olímpicamente por el arco del triunfo los derechos del viajero que transcribo de un folleto de la Comisión Europea: «Usted tiene derecho a asistencia por parte de la compañía aérea (llamada de teléfono, refrigerios, comida, alojamiento, transporte al lugar de alojamiento) si el retraso es de: dos horas o más para vuelos de 1. 500 km o menos; tres horas o más para vuelos más largos dentro de la Unión Europea o para otros vuelos entre 1. 500 y 3.500 km; cuatro horas o más para vuelos de más de 3.500 km fuera de la Unión Europea. Si el retraso es de más de cinco horas, y usted decide no continuar su viaje, también tiene derecho al reembolso de su billete y a volar de vuelta al lugar donde comenzó originalmente su viaje. Si llega a su destino final con un retraso de tres horas o más, puede tener derecho a una indemnización idéntica a la que le correspondería en caso de cancelación del vuelo, salvo si la línea aérea puede demostrar que el retraso ha sido provocado por circunstancias excepcionales. Además, las líneas aéreas pueden verse obligadas a responder por los daños derivados de los retrasos». Es evidente que el retraso/cancelación es de mucho más de cinco horas, pero el personal/funcionario de Iberia en Barajas no sabe de devolución de billetes, no tiene ni idea de si podrán recoger las maletas ni dónde, no ofrecen otra alternativa que pasar la noche en el propio aeropuerto y comer o beber lo que permita tu propia economía, etcétera.
Por todo motivo le han dicho a mi hija que el vuelo de las 21.25 se cancela por enfermedad del piloto. Digo yo que a ver si le da la malaria al presidente de la compañía y la paralizan completamente.
En resumen, una tomadura de pelo.
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