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No nos topamos con la Iglesia

24 de Marzo del 2011 - Marino Iglesias Pidal (Gijón)

Para toparse con algo hay que estar fuera del ámbito de ese algo. Puede ocurrir que no seas consciente de ello y que de pronto, por lo que sea, al tomar conciencia de la sombra clerical que sobre ti se cierne exclames: «¡Con la Iglesia hemos topado!».

Pero no, la Iglesia no es un simple gaitero al que ya se considera excepcional por asumir dos funciones, la de andar y tocar en la procesión, a un tiempo, ¡qué va! Con la Iglesia nunca te topas, porque la Iglesia es un cefalópodo con su cerebro irrigado por negra tinta e innumerables tentáculos de inimaginable cobertura. La Iglesias es, además, omnividente. De ahí que nadie pueda ver algo diferente, pues si ella no lo ve es inexistente. Esto le permite decidir qué es realidad y qué fantasía.

Ahora, por ejemplo, a través de los ojos de los obispos catalanes, ve los rasgos nacionales que ponen de manifiesto los derechos propios de Cataluña, como de todos los pueblos de la Tierra, están fundamentados primariamente en su propia identidad como pueblo. Defienden a un tiempo la legitimidad moral de todas las opciones políticas; también piden los obispos que la sociedad sea consciente del papel insustituible que han tenido la Iglesia y el cristianismo en la historia milenaria de Cataluña; también y también.

Estoy con Dios, pero tampoco es que me vaya a enfrentar con el diablo, que nunca se sabe, y para eso tengo la tinta negra de mi cerebro en que diluir los negros pensamientos y el sinnúmero de tentáculos capaz de atrapar la oportunidad donde quiera y como quiera que se presente.

Así da gusto, apostar por todos y que encima te cubran las apuestas. Inteligente que es la parroquia.

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