Es de bien nacidos ser agradecidos
Esta frase la repetía mi abuela con mucha frecuencia a lo largo de toda su vida, 98 años, fallecida el día 17 de enero de este año en la Residencia Santa Teresa del ERA, sita en la calle Santa Teresa, número 2, de Oviedo.
Es por eso que la familia queremos dar las gracias públicamente por medio del periódico LA NUEVA ESPAÑA, que tan amablemente nos brinda este espacio, pero gracias con mayúsculas, por tantos y tan cariñosos servicios como nos prestaron en los 33 días que pasó allí mi abuela hasta su fallecimiento.
No tenemos palabras para agradecer tantas atenciones de unos profesionales como la copa de un pino. Por no hacer interminable la lista, citaremos a todo el personal, desde la directora, trabajadora social, servicio médico y enfermería, auxiliares, recepción hasta el último empleado, cada uno en su puesto, tratando a las personas residentes con tanto afecto y cariño que no se puede pedir más.
Otro dato a observar es que para ellos no hay diferencias ni excepciones, todos son iguales. De todo esto damos fe y queremos dejar constancia, sobre todo a todo el personal de la planta sexta, que fue donde residió mi abuela los 33 días que allí pasó. Así pues, sugerimos a los Servicios Sociales que tomen buena nota de este «patrón» y buen hacer y velen por que se cumplan en todas las residencias de Asturias.
Para terminar, reiteramos nuestro más sincero agradecimiento, y, parafraseando a mi abuela, «que Dios se lo pague».
María Aurora Martínez Faedo, Oviedo
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