Hospital de Jove, ¿no nos merecemos más?
Después de veintisiete años de trabajo y dedicación a este hospital y pese a conocer diferentes situaciones políticas y económicas, con sus vaivenes, penurias, regulaciones disposiciones ministeriales y/o administrativas, etcétera, que a la postre nos han hecho trabajar más y mejor, nunca conocí ni pude comprobar una diferencia salarial tan poderosamente llamativa como la que existe en la actualidad entre el colectivo médico de este hospital y el resto de médicos trabajando antes en el extinto Insalud, y hoy en el Sespa.
Como digo, esta diferencia, que puede llegar a 12.000 euros al año, es tan grande, tan insultante, tan ignominiosa, que la hace, si cabe, aún más vergonzante.
Pero, ¿para quién?, ésa es la cuestión.
Políticos, economistas, gestores o, lo que es lo mismo, las consejerías de Sanidad y/o Economía del Gobierno, o incluso el propio presidente del Principado, señor Areces, que, por cierto, conoce bien este hospital, se mantienen en una indiferencia absoluta.
¿Qué les importamos un colectivo de cien médicos de un hospital con un concierto llamado singular (y a fe mía que lo es), respecto al ingente colectivo médico de la Administración, cuyos contratos firmados por el Sespa y avalados por sus propios estatutos le dan fuerza y razones?
¿Por qué importarles? Cuando atendemos en nuestras salas, consultas y quirófanos los mismos pacientes que atienden ellos; cuando trabajamos con la misma y denodada responsabilidad y escrupulosidad que ellos; cuando tenemos una cualificación o especialización igual que la suya; cuando hemos hecho la carrera de Medicina en las mismas o parecidas facultades, y nos hemos formado en los mismos o parecidos hospitales y, finalmente, servimos a la comunidad de ciudadanos a la que nos entregamos con la misma dignidad humana y profesional.
Y qué decir de nuestros propios gestores, cuya máxima referencia está en la junta de gobierno del patronato de la Fundación Hospital de Jove, que dicen hacer lo que pueden, pero pueden poco; dicen que el Sespa no les permite atender nuestras justas reivindicaciones salariales (carrera profesional, guardias, etcétera), que el dinero recibido por el trabajo prestado (concierto singular) hay que reinvertirlo/reinventarlo en otras muchas necesidades (obras, reformas, proveedores, etcétera) y nos preguntamos: ¿no podrían solicitar créditos de los múltiples que hoy existen para proyectos y obras y, en su lugar, adecuar el salario de sus trabajadores, a fin de evitar, más allá de un agravio, una grave desmotivación colectiva?
¿Cuál es la verdadera razón por la que el Hospital de Jove no se normaliza? ¿De verdad el hospital interesa a alguien, al Sespa, al Ayuntamiento de Gijón, a la comunidad ciudadana? ¿A quién en realidad?
¿Hasta cuándo tendremos que esperar?
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