Los jubilados y "nuestro" Rector
Me dirijo, a través de este medio de comunicación, al excelentísimo y magnífico señor rector de la Universidad de Oviedo.
Señor Rector:
Quiero aclarar que soy uno de los varios profesores que, acogiéndonos al acuerdo de la Junta de Gobierno de la Universidad, nos jubilamos el año pasado cumpliendo todos los requisitos y dejando nuestros despachos, como es natural, a disposición de nuestros respectivos departamentos.
He leído con disgusto cómo «nuestro» Rector, ante las dificultades que tiene este año para cumplir lo legislado, se permite hacer un público juicio de intenciones de quienes piden la jubilación «porque con Bolonia hay más trabajo» y se queja de quienes no dejan su despacho y amenaza con mandarlos a casa.
Señor Rector: es su responsabilidad hacer que quien se jubile, deje de utilizar las instalaciones universitarias en propio beneficio. Si no lo hace, el último responsable es usted y no procede quejarse en los periódicos, lo que hace que mucha gente, ajena a la Universidad, nos meta a todos en el mismo saco.
No todos los que nos jubilamos antes de los 70 somos unos vagos ni unos aprovechados. Simplemente hacemos uso de nuestros derechos y cumplimos nuestras obligaciones.
Señor Rector: Si este año no es usted capaz de cumplir lo prometido, la culpa no es de los que lo solicitan, sea cual sea su motivación, y no tiene usted derecho a desprestigiar públicamente a un colectivo que, como mínimo, ha trabajado para este país durante 35 años. Si alguno se ha quedado en su despacho, desalójelo usted. Es su obligación y si no se han ido todavía es porque usted ha actuado con negligencia. Publique usted los nombres de esos señores si quiere, pero déjese de acusaciones genéricas.
Insisto: Yo me he jubilado según la legislación y sólo he vuelto por mi ex despacho para recoger mis cosas. Como yo, muchos más. Por favor, resuelva sus problemas y déjenos tranquilos.
Atentamente,
Eduardo Quintana, Oviedo,
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