La Nueva España » Cartas de los lectores » El párroco que amaba a la alcaldesa

El párroco que amaba a la alcaldesa

28 de Marzo del 2011 - Ramón Alonso Nieda (Arriondas)

Extraña fascinación la que la iglesia vasca ejerce sobre determinados sectores del clero astur. En LA NUEVA ESPAÑA del 19, con ocasión del Día del Seminario medita D. Javier Gómez Cuesta sobre la dramática disminución de vocaciones. El seminario de Oviedo pasó en dos generaciones de más de 500 a los 9 seminaristas de ahora; fenómeno tanto más sorprendente cuando, entre tanto, la sociedad asturiana abandona el anticleriacalismo y sus sacerdotes, a juicio del articulista, son objeto de mucha consideración (Por lo visto D. Javier y un servidor vivimos en la misma sociedad pero en pisos muy distintos). Al pasar revista a la diversidad de situaciones según las diócesis, vuelve a extrañarse Monseñor (en una prosa entre orteguiana y zubiriana) de que la iglesia vasca, tan evangélicamente entrañada en su sociedad y otrora vivero de misioneros, tenga hoy sus seminarios vacíos.

Veamos si algunos ejemplos ayudan a desentrañar el enigma que tanto extraña al reverendo. Tres diócesis, tres testimonios. Monseñor Setién, obispo emérito de San Sebastián, advierte de entrada al conceder una entrevista al diario El mundo: -No contestaré a preguntas de índole política. Pues a vuelta de página, a la pregunta de si las víctimas podían exigir de los etarras el arrepentimiento como condición para el perdón, el obispo contesta muy resuelto que el arrepentimiento no es un concepto político(A ver si lo político va a ser el concepto del tiro en la nuca).

El párroco de Gordejuela, en Vizcaya, pide en la misa de Pascua rezar por los militantes del PNV (sic), que lo estaban pasando fatal, pues acababan de perder las elecciones que entregaban la Lendekaritza a Pachi López, con la ayuda del PP. Nunca antes se oyó al párroco pedir oraciones por los militantes del PSOE y del PP; debía de pensar el buen cura que estaban de sobra seguros con la escolta y no necesitaban de la protección divina.

El párroco de Salvatierra viajó dos veces a Vitoria para informar al comando Áraba del horario e itinerario de la carrera ciclista incluida en el programa de festejos. La salida estaba prevista para las 3 de la tarde pero, como el comando se retrasaba, la alcaldesa la fue demorando hasta las 4 menos diez en que por fin el comando pudo disparar a quemarropa sobre los tres guardias civiles venidos para cubrir el recorrido ciclista. El cabo Vázquez Plata, malherido, quiso protegerse tras un coche pero un grupo de feligreses lo descubrió gritando que quedaba uno vivo y el comando volvió sobre sus pasos para rematarlo; tenía treinta años. El ayuntamiento no suspendió las fiestas; al contrario, con tres españoles muertos había tres motivo más para el festejo. Cuando fueron a detener al párroco unos días después, lo encontraron entrañadamente unido con la sociedad. Es decir, en la cama con la alcaldesa.

El párroco fue condenado mucho tiempo después a 30 años. La Audiencia Nacional le reconoció la atenuante de que entre tanto había rehecho su vida, tenido hijos y asistía al trabajo con normalidad. (Méritos más que sobrados para que, sumados a los anteriores, le dediquen una calle en Gijón). El currículo del cabo es más escuálido; sólo deja un hijo póstumo, no ha rehecho su vida ni se le ha vuelto a ver por el trabajo; deja también una mujer viuda para besarle la noble calavera y desamordazarlo y regresarlo. Cosas de la vida, como llaman los vascos tan cristianos a estas cosas de la muerte.

Que se hayan quedado vacíos los seminarios de esa iglesia tan entrañadamente unida a una sociedad desentrañada, puede ser una bendición tardía. La pena es que algún día estuvieron llenos. ¿Qué se les pierde en el seminario a los chavales vascos si los valores identitarios de una iglesia nacionalista se defienden mejor, y con mayor prestigio, en JARRAI, en la Kale borroka y en ETA. Argumentando a pari, ¿qué se les pierde en el seminario de Oviedo a los chavales de Asturias cuando el evangelio de la izquierda se defiende mejor, y con más porvenir, en las Juventudes Socialistas o en las Mocedades de IU? Bien lo deben de entender los sacerdotes que (a juzgar por sus manifiestos) han hecho de sus parroquias un cordón sanitario para que la derechona no les vuelva a sacar el unto a los pobres (de eso ya se encarga bien la izuierda), ni en Gijón ni en 100 kilómetros a la redonda. ¿Cuántos de esos 9 seminaristas vienen de Gijón? A lo mejor los nueve; no tengo ni idea.

Cartas

Número de cartas: 45948

Número de cartas en Septiembre: 52

Tribunas

Número de tribunas: 2083

Número de tribunas en Septiembre: 5

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador