Sobre la prohibición de no ir a más de 110 kilómetros por hora
El tema de esta prohibición ha saltado a la palestra y, como no soy partidaria de altas velocidades, pues no me parece mal. Ya sé que lo ideal sería que no se dictase tal normativa y que la gente tuviera el sentido común suficiente para conducir a la velocidad adecuada en la autopista, y a la velocidad correspondiente en la carretera. Lo que es cierto es que tal medida a dado lugar a múltiples críticas, algunas de ellas bastante absurdas y necias como, por ejemplo, decir que en las grandes rectas, esta velocidad –según ellos, lenta– puede conducir a la somnolencia y, en consecuencia, al accidente. Este argumento tiene fácil réplica, pues se puede argüir que, en semejante situación, el conductor se vaya a un lado del arcén y descanse o bien que se busque una carretera con curvas. Se tiende a considerar la velocidad, y sobre todo la alta velocidad, como un signo de desarrollo y progreso en sí, y yo no lo veo como tal. No hay político asturiano al que no se le haga la boca agua al hablar de los trenes de alta velocidad, obviando el alto coste económico, energético y ambiental que supone. No veo yo mucha ventaja en llegar a Madrid en 4 horas y 20 minutos, en lugar de 5 horas, esto en lo que se refiere a trenes de alta velocidad, no a los normales. A mí lo que me interesa como ciudadana es que si quiero ir a cualquier ciudad, villa o pueblo tenga suficientes medios de comunicación públicos y privados que me permitan realizar el viaje en cuestión en un tiempo razonable y, sobre todo, sin tardanzas; pero lo de la alta velocidad lo considero cuestión muy secundaria. Los políticos asturianos también vaticinaron un gran desarrollo con la construcción de la autopista/Autovía del Cantábrico, y no es cierto, muchos pueblos vieron cómo sus carreteras comarcales desaparecían, cómo para acceder a sus campos tienen que pasar por monstruosas pasarelas, como se iluminaba brutalmente la autopista... En fin, que más que riqueza parece que se creó desolación. Dice el Gobierno, ahora, que se va a disminuir el excesivo alumbrado de las autopistas. Una medida barata sería desconectar alternativamente los postes de iluminación, éste queda iluminado, el siguiente no, el siguiente sí... etcétera. Ahora bien, si el Gobierno decide cambiar todas las luces por otras de bajo consumo, lo que está claro es que el coste de tal ejecución será carísimo, y que se van a crear nuevas empresas que se ocuparán de llevar a cabo semejante menester. ¿Será un chollo o un brote verde??
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo