Por fín medidas contra los incendios forestales
Para mí ha sido motivo de gran alegría al leer en este periódico el martes día 15 del presente mes un artículo en el que se anuncian las medidas que tomará el Principado para evitar los incendios forestales y que estarán basadas en gastar nuestras energías en prevención de éstos mediante incendios controlados, en lugar de gastarlas en sofocarlos, evitando así la pérdida de vidas humanas y grandes pérdidas materiales.
Por fin se ha decidido tomar en serio el acabar con esta plaga que arrasa nuestra nación. Digo en serio, porque a mí particularmente me parecen las más efectivas, como prueba que son prácticamente las mismas que un servidor propuso hace más de once años, concretamente desde el año 1998 con escritos a la Jefatura de Montes, y en el año 2000 con escritos a este diario, que tuvo la gentileza de publicarme, intentando hacer ver a nuestros gobernantes que la mejor manera de evitar estos incendios que tantos estragos nos causan y que me duelen en el alma sería llevando a la práctica los métodos en dicho artículo anunciados.
La responsabilidad de este proyecto, que consiste fundamentalmente en sanear nuestros campos mediante incendios controlados, ha recaído sobre el Instituto de Recursos Materiales y Ordenación Territorial, dirigido por don Miguel Ángel Álvarez.
Desde estas líneas quiero darle ánimos al señor Álvarez y decirle que a mí, como a otros muchos que conocen bien el campo, no me parece un contrasentido lo de combatir el fuego con el fuego controlado, que ya lo hacían nuestros abuelos para evitar así los incontrolados. Además hay que tener en cuenta que si el proyecto se extendiera a todo el país se crearían miles de puestos de trabajo tan necesarios hoy día, que no saldrían muy costosos al Gobierno si con ello se evitan las grandes pérdidas forestales y los enormes gastos de extinción.
Recordar también a nuestros gobernantes que no olviden tener buenas relaciones con el sector ganadero y agricultor, pues seguro que con la ayuda de éstos no será muy difícil el evitar los incendios incontrolados.
Laureano González Díaz, Caborana
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