Bárcena-Pola de Allande, ¿motivos técnicos?
El día 24 de marzo leo en este periódico las declaraciones del señor consejero de Infraestructuras en las que afirma que la carretera Bárcena-Pola de Allande «está parada momentáneamente por motivos técnicos». Supongo que pensará, y seguramente acertará, que la mayoría de la opinión pública que vive en las ciudades y en el centro de la región, y no conoce esta zona, se lo tragará y asunto zanjao, que para eso estamos en período electoral. Pero a ver, buen hombre, ¿usted se cree que los vecinos y demás sufridores que vivimos y transitamos por esta zona somos idiotas?, ¿que nos creemos que una obra absolutamente paralizada desde hace seis meses, de la que se llevaron hasta la última excavadora, está así por motivos técnicos?. A ver buen hombre, de nuevo, usted no se da cuenta que cuando preguntamos a los encargados y operarios por los supuestos motivos técnicos, se partían de risa. Es una pena que no haya pasado este invierno entre nosotros, con la carretera levantada y abandonada, como una zona de guerra después de un bombardeo. Teniendo que ir con nuestros coches particulares a veinte por hora, pinchando, saltando piedras al cristal y con el peligro de salirse en cualquier momento, teniendo que enviar cada día por esta vía a los niños en el transporte escolar, o asustados cuando a algún vecino le pasa algo, porque no sabemos qué es peor, si esperar un par de horas por la ambulancia, o que luego, el probín, tenga que marcharse en ella, que parece que lo llevan en diligencia por el salvaje Oeste. Y mejor no pensar en los días de nieve, en los que por supuesto, la máquina quitanieves no podía pasar. Mucho nos tememos, ante las noticias surgidas estos días, que el verdadero «motivo técnico» de esta desesperante situación de abandono es que no se sabe dónde está el dinero destinado a finalizar esta obra. Sea cual sea el motivo, ahí estamos los afectados, atrapados sin solución. Pero, usted tranquilo, sigan a lo suyo, a lo importante, que si Woody Allen p´aca, que si Woody Allen p´allá. Los problemas y necesidades reales de los asturianos, que trabajan y pagan religiosamente sus impuestos, son lo de menos.
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