Tadeusz Malinowski y la Fe
He leído con atención el último capítulo (3) de sus memorias, del 22 de marzo de 2011, en La Nueva España. Destacan los titulares que se apartó de la Iglesia y se le acabaron los problemas intelectuales, y que el amor a Dios y a las personas desvirtúa el amor.
Creo que su equivocación en este tema está precisamente en intentar explicarlo mediante una base científica. Usted mismo refiere que siempre trató de explicar y conciliar la fe con la ciencia, acabando sus problemas intelectuales al separarse de la Iglesia.
No le voy a dar lecciones al respecto, dados sus conocimientos y estudios, pero lo que está claro es que la fe no puede demostrarse científicamente (todos los que lo han intentado han fracasado) y ya la carta a los hebreos define la fe como «la garantía de lo que esperamos y la seguridad de lo que no se ve». La Iglesia católica enseña infaliblemente «que la fe es esencialmente un asentimiento sobrenatural del entendimiento a las verdades reveladas por Dios» (Concilio Vaticano1). La fe no es sólo aceptar una verdad con el entendimiento, sino también con el corazón.
Que refiera que el amor a Dios y a las personas desvirtúa el amor es una contradicción, ya que el mismo Dios es amor y dio su vida por nosotros en la persona de su Hijo, y si nosotros amamos se lo debemos a Él, que fue nuestro creador, y el primer mandamiento de la ley de Dios así lo recomienda, y no hace falta «repudiar» a los padres en el sentido que actualmente se da a la palabra; no creo que todo el que ama se olvide de los suyos ni los rechace.
Yo soy cristiano, y mi fe en Dios me ha ayudado a sobrellevar la pérdida de mi mujer en circunstancias muy similares a la de su primera esposa (q.e.p.d.), y precisamente esa fe en Dios dentro de la Iglesia me hace ser más libre, sin problemas intelectuales y con una paz interior de cara al futuro, derivada de la protección y confianza en nuestro Creador.
Otra cosa es que se crea, o no se crea, en Dios.
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