Delirios de grandeza en Pola de Siero
Cuando los filósofos emplean la palabra «razón» no se refieren sólo a la lógica, se refieren a la capacidad que tiene el hombre de ser racional, la cual se deriva de la palabra griega «ratio», que significa equilibrio. Confucio defendía un gobierno basado en la virtud, no en la fuerza. En su opinión, la felicidad se alcanza persiguiendo la excelencia tanto en la vida privada como en la pública. (Perdón por la cita).
No debe extrañar especialmente en algunas ocasiones que el equilibrio desequilibrado produzca en la población irritación e impotencia por la incapacidad para combatirlo. Es el caso que debe sucederles a muchos vecinos de las veintisiete parroquias restantes del concejo de Siero, el hecho que en la capital, Pola, con 12.000 habitantes se invirtieran 2.000 millones de pesetas en un auditorio, comprenderá el lector que no es para menos. Es demencial, al margen de que a 15 minutos de la villa se encuentra el Auditorio de Oviedo, resulta incomprensible e inadmisible que, mientras se hacen estas faraónicas inversiones como culto al despilfarro, dentro del mismo concejo, en Lugones, sin ir más lejos, se padece desde hace años el mayor índice de contaminación de Asturias, y la Corporación municipal y las autoridades autonómicas no se dignaron en tomar cartas en el asunto. Y, para mayor abundamiento de agravios comparativos, en el núcleo de población de esta misma parroquia, Les Folgueres, al lado del nuevo HUCA, la red de saneamiento está siendo sustituida por pozos negros desde hace varios años.
Usted, querido lector, ¿entiende esto? ¿O será que este escribidor se ha convertido en un demagogo a la antigua usanza? Combatimos a nuestra manera éstas y otras injusticias municipales, así como la llamada «ley del embudo», tan vigente o más que en el régimen anterior. Unos, en vivo y en directo, y otros, como nosotros, a través de los medios de comunicación, asistimos a un espectáculo propio de nuevos ricos, pero nuevos ricos ostentosos y despilfarradores. Así lo atestigua ese auditorio inaugurado el pasado viernes 18 de marzo en la Pola, no para Siero. Cabe que sea un equipamiento propio para el lucimiento del arquitecto municipal, hasta puede que sea objeto de un premio, pero desorbitado en la forma, el fondo y el presupuesto. Bien es verdad que él no tiene la culpa, la responsabilidad de transformar el proyecto en realidad es de los políticos y de las instituciones que lo apoyaron: Principado, Ayuntamiento y Cajastur. Que nadie se deje engañar, es un equipamiento para satisfacer a una comunidad endogámica donde las haya.
Mientras tanto, el resto de las parroquias de Siero (veintisiete) se desangran con estos políticos irracionales, que vienen vampirizando especialmente al pueblo de Lugones. Pero no toda la culpa la tienen los políticos, el pueblo en general está anestesiado, vive con miedo por pusilánime. Ya se ha dicho que las sociedades son apáticas, ni siquiera la evidencia de los hechos las conmueve o las mueve. Allá cada cual con su apatía.
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