Los licenciados no tienen dónde caerse muertos
Sí. Lo he leído en LA NUEVA ESPAÑA. Al parecer hay miles de licenciados asturianos que no tienen colocación o están en paro. Los políticos españoles, a pesar de que hay mucho que hacer para salir de la crisis e iniciar un camino de recuperación y progreso, no tienen ningún proyecto de carácter laboral. Ahora sí, en su afán propagandístico, siempre han dicho que la educación era lo primero. Efectivamente, llevados de dicho afán y de sus propios intereses pero sin visión alguna de futuro, han llenado nuestro espacio de centros universitarios con programas y planes de estudios puramente teóricos y alejados de la realidad social. Las universidades se han convertido en la actualidad en instituciones tremendamente caras y que sólo producen parados, como estamos viendo.
A estos universitarios asturianos no les queda más remedio que marcharse a pedir trabajo en otras regiones de España, que padecen los mismos problemas, o emigrar al extranjero, como a Alemania, donde parece que necesitan gente cualificada. O a Galicia, Cataluña o las «islas Vascongadas», países cada vez más alejados de nuestra patria, en los que no se puede optar a un empleo público si no sabes su propio idioma. Ellos sí pueden hacerlo en toda España. Ésta es la igualdad que nos predican.
Cuando el actual presidente del Gobierno nombró un gabinete con igual número de hombres y mujeres, sin atender a la cualificación de los interesados, e incluso un Ministerio de Igualdad, pensé que ese radicalismo igualitario podría afectar a todos los españoles, pero ¡qué va! Hoy las diferencias son cada vez más grandes. Los políticos se enriquecen. Las autonomías gastan lo que quieren y en lo que les da la gana. Los sindicatos reciben cantidades de dinero para que estén callados y mientras tanto el país se está empobreciendo y los parados se acercan a los 5 millones. El consejero de Educación asturiano ya ha advertido que se van a suprimir para el próximo año 332 plazas de profesores. No sé adónde vamos a llegar.
Los asturianos estamos perdiendo la fe y la esperanza. Aun así muchos tenemos la convicción de que si Álvarez-Cascos llega al poder acabará cambiando las cosas. Esto podrá «fuck» a algunos, como a Gabino, pero su venida también podrá suponer la salvación no sólo para estos licenciados que mal lo están pasando, sino para la mayoría de los asturianos que quieren trabajar con un sueldo digno y en igualdad de condiciones en esta nación hoy resquebrajada.
José Ramón Rodríguez Fernández
Oviedo
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