Tres verdades de Zapatero
Que no son las del barquero. 2007:-España está en condiciones de llegar al pleno empleo en la próxima legislatura. Por supuesto, puesto que la próxima legislatura está siempre por venir; pues en ese porvenir que viene sitúa ZP el pleno empleo que promete. Nadie podrá demostrar que miente. Es más, ni siquiera se equivoca. 2010: -Estamos en condiciones de afirmar que la tasa de paro ha tocada techo. Podría haber añadido que, a partir de ahí, sería el techo el que se alce, empujado por la tasa. Podía, pero ni estaba obligado ni la gente lo pedía. Aparte de que esta segunda verdad (la del techo que se alza) no invalida la primera (la de la tasa que tocaba techo). 2011: -Se volverá a crear empleo de forma moderada en la segunda mitad del año. Y con un poco de suerte, a lo mejor también en la primera. ¿De qué año? Eso es secundario; lo sustantivo es que se empiece a crear empleo aunque sea de forma moderada. Valen pues para este tercer anuncio las reflexiones apodícticas emitidas a propósito del primero.
Mucha gente dice, aplicando una filosofía de andar por casa, que las promesas de zapatero recuerdan el vuelva usted mañana, el hoy no fiamos, mañana sí; o incluso el vuelvo dentro de un cuarto de hora que nos encontramos a veces en una ventanilla. En esas fórmulas, echando mano de tiempos tan inmediatos como 15 minutos o mañana, lo prometido se aplaza para una eternidad (en eso consiste el truco, en camuflar con la inmediatez de la expectativa la eternidad de la demora). En un registro más ilustrado, los neo-positivistas (gente de derechas) dicen de las proposiciones de Zapatero que son insensatas por la sencilla razón de que no son falsables (¡Toma!); con lo que dejan caer arteramente el mensaje subliminal de que ZP sería más falso que madera de figar.
Zapatero estudió COU con notable aprovechamiento en el colegio de los escolapios de León, donde se había escondido cuando lo buscaban para fusilarlo (su padre, al que tampoco le dejaban disfrutar de las libertades, se refugió en el ayuntamiento; en un buen puesto, que era la mejor manera de pasar desapercibido). Pues con notable en los estudios de COU, Zapatero no tendría ningún problema en demostrar que las aporías con que la lían los comentaristas de sus promesas son el resultado de tomar como enunciados de experiencia lo que en realidad son formulaciones metafísicas. Y si Kant demostró que la metafísica no puede ser ciencia, también dejó muy claro (en el famoso prólogo de la segunda edición de la primera Crítica), que hacer metafísica será siempre una necesidad ineludible de la razón. Y en eso está precisamente la razón de ZP, en hacer metafísica de manera ineludible. ¿Y si lo hicieran catedrático de metafísica honoris causa? Ingresaría en el panteón de personajes ilustres, con González y Polanco (q. e. p. d.), doctores por el mismo procedimiento abreviado del honor. Sobre todo sería una forma honorable de quitárnoslo de encima.
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04.03.11.
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