Meca, a entrenar el sexo al atardecer y la noche entera
Recordatorio. La mayor prerrogativa de la inocencia es no tener miedo de mirada alguna y no sospechar de ninguna lengua.
Jonson
Todo, absolutamente todo tiene explicación en esta vida y seguro, segurísimo, que también en la otra. En la contraportada, o sea, en la última página de vuestro/nuestro periódico de ayer habéis/hemos leído al compañero y amigo J. B.: «El cardiólogo asturiano y director médico del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), César Morís, respalda el estudio rigurosísimo realizado por científicos estadounidenses dirigidos por la doctora Issa Dahbreh, quienes advierten del riesgo de infarto manteniendo relaciones sexuales de forma esporádica...». Tendrán que aplicarse, pues, los/as pusilánimes sobre la actividad apuntada. Este escribidor tiene el premio de los récord al respecto. Verbigracia, desde apenas adolescentes ya nos las arreglábamos diariamente. Ja, ja, je, je, ji, ji, jo, jo, ju, ju... y un jamón... Amables lectores, abrazos. Despedida y cierre. Érase una vez.
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