Colérico mundo

11 de Abril del 2011 - Elena Bravo Delgado (Oviedo)

Hoy me he sentado a pensar, a reflexionar y echar la vista atrás analizando algunas vivencias no recientes. Vivimos en una sociedad frenética, además de caótica; no podemos permitirnos ni un segundo de reflexión, de contemplar la lluvia y volcar nuestros pensamientos hacia una dirección. ¿Qué queremos que sea nuestra vida? Todos deberíamos hacernos esta pregunta al menos una vez en la vida y, a poder ser, con cierta asiduidad. Dedicamos nuestros esfuerzos a la obtención de bienes materiales que enriquecen nuestro orgullo pero empobrecen nuestra alma. Trabajar es necesario para vivir, por supuesto, pero es absurdo vivir para trabajar. Creo que si observamos el mundo desde la Antigüedad, el trabajo ha sido necesario para evolucionar, pero más importante ha sido respetar unos valores y normas de índole humano. Eso hoy no existe, hoy caminas por cualquier calle y es fácil observar cómo el respeto hacia los mayores está perdido; pero no sólo es eso, el respeto hacia nosotros mismos ha desaparecido. Creo que realmente es necesario detener ese ritmo, pensar qué queremos ser en la vida, qué queremos legar a nuestros hijos: ¿un mundo desligado donde el odio sea el único vínculo de unión?, ¿en el que eludir el respeto y vanagloriar la sinrazón se la única manera de triunfar o de ser respetado?

Cada persona es diferente. Si todos nosotros miráramos en nuestro interior, con la mente despejada, seríamos capaces de vislumbrar algún potencial que, además de enriquecernos a nosotros mismos, sea capaz de aportar valores humanos a esta sociedad. Una sociedad en crisis económica, donde los jóvenes carecemos de oportunidades, donde nuestros mayores viven cosas que jamás pensaron ser capaces ni tan siquiera de comprender, donde el verdadero patrimonio sociocultural se está echando a perder inculcándonos como forma de comunicación y relación gallineros televisivos que todos conocemos. ¿Qué hay del enriquecimiento personal? A día de hoy, pasan por mi mente recuerdos de mi niñez y adolescencia: todo era un continuo aprendizaje... no sólo a nivel conceptual, sino a nivel humano. Según vamos creciendo y aceptando nuevas responsabilidades, la solvencia económica parece ser el relevo del aprendizaje. El dinero es necesario, pero también lo es la evolución humana; que a pesar de que pasen los años y aquel tierno recuerdo infantil vaya quedando más lejano, no haga lo mismo nuestra naturaleza innata, la curiosidad morfológica y el continuo afán de conocimiento. No somos máquinas, y son los recuerdos y la reflexión, así como los sentimientos, lo que nos diferencia, tengámoslo siempre presente en nuestro subconsciente y seamos capaces de re-humanizar este mundo en decadencia.

Elena Bravo Delgado

Oviedo

Cartas

Número de cartas: 45948

Número de cartas en Septiembre: 52

Tribunas

Número de tribunas: 2083

Número de tribunas en Septiembre: 5

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador