Parusía
Todos caían bajo el peso de mis palabras, todos adoraban los trapos que me cubrían.
Siguieron mis pasos con ayes y lamentos y esperaban vanamente lo que no pude darles.
Creé la palabra esperanza y dormían sobre ella, y eran altamente felices en su miseria.
Amaban la carencia de todo como mi símbolo, y oraban arrodillados en la posesión de la nada.
Apenado les di toda la ignorancia del mundo, y nunca tanta felicidad alcanzaron en sus vidas.
Como signo de sublimación hacia mi persona me nombraron su Dios, su único Dios, y me alabaron en la divinidad otorgada.
Comieron y bebieron de su Dios muerto, y resucitó en ellos su eterna desdicha.
Inútil esperan mi regreso.
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