La Nueva España » Cartas de los lectores » Carmen o los látigos de la ira

Carmen o los látigos de la ira

16 de Abril del 2011 - Ramón Alonso Nieda (Arriondas)

-La guerra de Libia no inflama de ira santa a la gente como la invasión de Irak por parte del tío Sam, constata con desaliento Carmen Gómez Ojea, y no sabemos si se consuela o acaba de desanimarse cuando añade que quizá la causa de ello sea que muchos estamos más cansados de inoperancias o seamos más conscientes de que aquellos eran gritos en el desierto.

De gritos en el desierto, nada. Eran manifestaciones perfectamente orquestadas, Avenida de la Castellana abajo, camino de la Moncloa. Y de ira santa, distingamos: ira, a montones; santidad, ninguna. La ira que se inflamaba con la guerra de Irak era la cólera soterrada que abrasaba el subsuelo de la política española desde que la izquierda perdiera las elecciones del 2000, vencida por la derecha con mayoría absoluta. La orquesta que animó el cotarro, aprovechando el combustible de Irak, fue ese pelotón de cincuenta mil somatenes, las burocracias liberadas (de sindicato y de partido), una especie de batallón entre parapolítico y paramilitar; la motorizada de Prieto. Basta ver el atrezzo de las manifestaciones, todo salido del mismo troquel (NO A LA GUERRA / PAZ / ASESINOS). El mismo que sacaron a la calle para reflexionar ante las sedes del PP la noche del 13 al 14 marzo (¿Lo tienen en reserva para venideros ejercicios de ira y santidad o lo habrán mandado al reciclaje?).

Los soldados retirados de Irak los mandaron a Afganistán. Y nuevos contingentes salieron para Serbia, para Kosovo, para Líbano; ahora para Libia. Sin que se moviera una pancarta. Las guerras de la izquierda son misiones de paz, intervenciones humanitarias. Guerras santas, porque la izquierda tiene la bula de la santa cruzada. No hay cosas buenas o malas. Es bueno lo que hace la izquierda y malo lo que la izquierda denuncia. El saqueo burocratizado (EREs andaluces) es distribución de riqueza a la patalallana, mientras la Fiscalía Anticurrupción sale al porche a echar un pito; los crímenes cometidos (GAL) son los errores que hayamos podido cometer. Puro folclore cuando Carmen invoca a los pobres de la Tierra y la famélica legión. Los pobres no son de la Tierra, Carmen (a ver si te enteras); los pobres son de los progres. Su fondo de garantía; algo así como el oro del Banco de España antes de que lo mandaran a Moscú.

Pero además de folclórica, la prosa de Carmen es, en este caso, partidista. Algo tendrán que ver en lo de Libia Obama, Zapatero, la Chacón. Pues Carmen, que escribe a latigazos, muy airada, los latigazos de la ira los descarga sobre los culos imperialistas de Bush y de Aznar, los monigotes de las Azores. Y vuelven a relucir los embustes sobre las armas de destrucción masiva y las letales esporas del ántrax. No mienta Carmen las aldeas kurdas exterminadas con ancianos, niños y mozos por la lluvia de gases letales enviada del cielo por Sadam. Carmen no es kurda. A lo mejor era una lluvia ácida lo que dejaba calvos a los kurdos.

-Todas las guerras son pendencias cruentas de mercaderes y tenderos, en las que siempre mueren cuatro romanos y cinco millones de cartagineses, sentencia Carmen con un tratado de moral en la mano. O sea que en Maratón desembarcaron los persas con la inocente intención de vender alfombras y los cabrones de los atenienses aprovecharon para cargarse a cinco millones de cartagineses. A Covadonga llegaron los moros vendiendo dátiles y leche condensada de camella, y la derecha y el Rouco de entonces se echaron al monte y les dieron para el pelo. De ahí que si Carmen no se baña en la playa de San Lorenzo en bikini o en topless será porque no le da la gana. La alternativa hubiera sido transitar por la calle de Moros en Burka y pasarse la vida en cuclillas, con el mujerío de la casa, amasando buñuelos para la machedumbre de la familia (he escrito machedumbre, que viene de macho; no muchedumbre, que viene de mucho). Pero ahora mismo, si a Carmen le apeteciera pasearse en burka por la calle de Moros o por la Corrida, los más lo tomarían como una ocurrencia un tanto excéntrica; a muy pocos les apetecería lapidarla y, desde luego, nadie pasaría a la acción. De aquellas guerras vienen estas libertades. Pero si hubieran contado con Carmen, nos habríamos ahorrado la guerra de Troya y la batalla de Covadonga. Carmen no es kurda; es zurda. Y los zurdos en moral son ambidextros.

Cartas

Número de cartas: 45956

Número de cartas en Septiembre: 60

Tribunas

Número de tribunas: 2084

Número de tribunas en Septiembre: 6

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador