No hay árbitros
La connivencia es la colaboración más valiosa con que puede contar todo aquel que quiera transgredir la ley o modificar la legalidad. Estas actitudes son propias de quien piensa que el delito no le afecta, y por tanto decide no intervenir.
En el partido del sábado 21 de febrero de 2009, a las 13:45 en el Polideportivo Vallobín, dicha connivencia entre colaboradores necesarios "delegados de ambos clubes y arbitro", se produce tras una actuación cuando menos nada deseable en un partido de benjamines (niños de 8-9 años) y como después de ésta el árbitro efectúa un "corte de manga" al público, no dejando constancia en al acta del partido, aun habiendo sido solicitado. ("infracción grave", en virtud del artículo 126 de los Estatutos RFEF)
Dicho árbitro no es la primera vez que actúa así. Dos semanas antes también se dirigió al público de manera insultante, amenazante y chulesca, protegido por la mujer designada como árbitro del encuentro, con la que estuvo charlando y distrayendo toda la segunda parte.
En ningún momento con este escrito quiero defender la actuación del público, también culpable de la situación, pero si dejar constancia de la invulnerabilidad arbitral con la connivencia de los delegados con el único interés de mantener el negocio de las subvenciones, sin intenciones de educar en el deporte del fútbol y con la disculpa de ¡no hay árbitros!
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