Respuesta a Roberto González-Quevedo
Con motivo de una reseña que escribí en el Suplemento de Cultura de LA NUEVA ESPAÑA (7.4.2011) sobre el libro «La Cultura asturiana, introducción a la antropoloxía d’Asturies» de Roberto González-Quevedo, el autor del libro escribió una «respuesta» a mi reseña en esta misma sección. En dicha «respuesta» el escritor me echaba en cara, muy molesto, ciertas apreciaciones que yo le hacía, y para ello atacaba mi reseña en algunos puntos y, en mayor medida a mi persona. En primer lugar, quiero dejar claro que voy a contestar a las cuestiones referentes a su libro en la «respuesta».
1. Respecto a que considero que «la lengua y la identidad no son tema antropológico», me gustaría que me señalara dónde hago semejante afirmación. Lo que sí digo es que no guarda una proporción adecuada el número de páginas que dedica al tema con respecto al total del libro que, a ratos, pretende ser una introducción y, a ratos, un monográfico sobre un tema particular.
2. Así, dedica ochenta páginas a la muerte, rito de paso que el autor habrá estudiado mucho, lo que explica semejante desproporción con otros ritos de paso (nacimiento, boda…), que solventa en treinta páginas sumándolos todos. En ningún momento digo que las ceremonias funerarias no sean un rito de paso.
3. Me reafirmo por ello en que no se ha trabajado la obra en un sentido global, total y unitario, sino que se ha buscado «cortar y pegar» de los trabajos anteriores en un bochornoso ejercicio de autoplagio (véase a modo de ejemplo «Economía y cultura del gochu», en «Cultures» 9: 11-26 y compárese con el capítulo correspondiente del libro). Si el plagio, propio o ajeno, no es vergonzoso, pues vale, aceptamos pulpo como animal de compañía. Este viaje por el propio ombligo resulta lamentable, a mayores, si repasamos la abultada bibliografía citada de sí mismo. Ejem.
4. El señor González-Quevedo dice que oculto «con mala fe y [miento] al referir [sus] méritos académicos». Efectivamente, en la reseña afirmo que Roberto González-Quevedo es «licenciado en Filosofía» para elogiar el debate intelectual que realiza, «con inteligencia y buen sentido crítico», con Valdés del Toro. Dado que el propio autor ha reconocido en numerosas ocasiones que es licenciado en Filosofía, queda demostrado que no mentí. Respecto a ocultar sus méritos académicos, no tengo empacho en reconocer que González-Quevedo es, además de lo anterior, licenciado en Filología, doctor en Filología y en Antropología, eminente escritor (para ello remito a la elogiosa reseña que le dediqué con motivo de un libro suyo de relatos en el mismo Suplemento con fecha de 14.1.2008), reputado miembro de la Academia de la Llingua Asturiana con más de sesenta trabajos publicados, y aficionado a la ebanistería y al ping pong. Estos dos méritos finales son ficticios en aras de ironizar acerca de lo absurdo que resultaría en el contexto mencionado hablar de méritos académicos que no oculto, sino que simplemente no cito porque no vienen al caso. En la referida reseña de 2008 no cito ninguna de sus titulaciones y, que yo sepa, no protestó tanto.
Finalmente, respecto a las opiniones personales que vierte sobre mí en su «respuesta» (autor de libelos, incompetente, pobre hombre, falto de honestidad intelectual…) aun reconociendo que no me conoce, no tengo nada que decir. Él mismo se retrata. No le conozco y no tengo nada contra él ahora, ni lo tenía hace dos años. Como dije al principio, sólo opino sobre la obra (mediocre y mejorable) que González-Quevedo ha publicado, salvo el punto en el que, por razón de mi crítica a su autobombo bibliográfico, González-Quevedo afirma que mis palabras, fruto de mi incultura, se deben a que «[vomito mis] complejos» ante tantas titulaciones y publicaciones que tiene el autor y que ya he enumerado unas líneas más arriba. A este respecto, me disculpo por carecer de su currículum, pero debe tener en cuenta que 1) para criticar a Messi, si juega un mal partido, no hace falta ser Maradona o Pelé (basta saber de fútbol), y 2) que tengo veinticuatro años menos que él, y sólo me ha dado tiempo a ser licenciado en Antropología, licenciado en Derecho, Secretario e Interventor de Administración Local, funcionario de Habilitación Estatal, y tener más de un centenar de publicaciones entre libros y artículos. Si me permite el puntito de chulería, lo que me sobran son títulos y cultura para opinar sobre su obra.
José Ángel Gayol
Mieres
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