Deporte minoritario, ejemplo a seguir
En septiembre del año pasado y hasta el día de hoy conocí a la Agrupación Deportiva La Curtidora de Avilés que fomenta el deporte del voleibol desde 1991; hoy día tiene varios equipos femeninos en diversas categorías, donde destacan las infantiles B, nuevas campeonas de Asturias.
Este club me hizo recordar mi infancia en el Fondo Valliniello, donde éramos muy humildes y prácticamente no había nada para la juventud, un Señor con mayúsculas, llamado «Rafael», carpintero si mal no recuerdo, se empeñó en crear un club para que los niños tuviéramos algo que hacer, un club de fútbol que se sacó de la manga con su propio esfuerzo y ayuda de los vecinos, un sitio para todos nosotros donde durante unos años fuimos felices, niños y vecinos.
La Curtidora a tiempo de hoy es prácticamente lo mismo que viví en mi niñez, una agrupación creada con el esfuerzo y tesón de unos vecinos y un profesor, de las personas que trabajan en él, de las jugadoras que lo componen, de sus escasos socios y muy pequeño capital.
Las subvenciones deportivas son escasas y este año recortadas por la crisis, deporte minoritario y pobre, aquí no hay mucho dinero, así que como las infantiles son campeonas de Asturias han de ir al Campeonato de España en Barcelona del 11 al 15 de mayo, esto significa que hay que poner dinero a tal fin, un inconveniente dado los pocos recursos; una vez más, los vecinos contribuyen con un festival a favor de las niñas para recaudar fondos, todo un ejemplo a seguir.
La campaña de recaudación de fondos dentro del ámbito empresarial avilesino no ha sido muy beneficiosa, la crisis afecta a todos, las pocas contribuciones son de empresas humildes, no hay grandes nombres.
Quiero agradecer públicamente a la Obra Social de Cajastur, al presidente de la entidad, Manuel Menéndez; al director de Asuntos Sociales, César Menéndez Claverol, su gran interés y rápida gestión en una contribución que garantiza la participación de nuestras campeonas de Asturias en el Nacional de Clubes, muchas gracias por hacer felices a nuestras niñas.
Me preocupa el futuro de la agrupación y el desinterés de algunas instituciones, éste es un deporte para nuestras hijas, algo que debería fomentarse más que por un club, unos vecinos y unos pocos socios, un lugar donde las jóvenes tengan una opción más a elegir que no sea la calle, los bares y la discoteca.
Pero mientras llegan o no las subvenciones y el interés de los «poderes públicos», que no nos falten nuestros vecinos, nuestros socios y los componentes del club, con ellos seguimos creando campeonas, deportistas y futuro, repito una vez más: «todo un ejemplo a seguir».
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