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Una leyenda de la tonada

20 de Abril del 2011 - Pedro Rodríguez Cortes

Recibo con sorpresa la noticia del fallecimiento de Laudelino Alonso el pasado día 9 en Badajoz donde residía uno de sus hijos. En los últimos meses su estado de salud había empeorado pero no hacía presagiar un desenlace tan rápido. Laudelino era una de las últimas leyendas de nuestra tonada, nacido en 1922 era contemporáneo de Noriega, Ataúlfo, Aníbal y Diamantina.

NECROLOGICA

No alcanzó clasificaciones significativas en los concursos del diario «Región» en 1948 y 1951, pero dejó el recuerdo de una voz maravillosa, quizás una de las más bellas de la historia de nuestra tonada. La grabación de algunas de sus canciones no se correspondían, por distintas causas, momento de la grabación, medios obsoletos, etcétera, a su verdadera validad de intérprete. Por motivos laborales abandonó Asturias en la década de los cincuenta del pasado siglo y vivió algún tiempo en Madrid, donde frecuentó los bares de asturianos. Posteriormente, se desplazaría a Badajoz, donde residió durante varias décadas. Hace unos años retornó a Oviedo y algunos domingos se acercaba al Campoamor y Filarmónica para disfrutar del Concurso y Muestra «Ciudad de Oviedo» y de paso contactar con cantantes y aficionados que siempre le demostraban su admiración.

Con la muerte de Laudelino no sólo se va un destacado cantante, se va también una verdadera enciclopledia de la canción asturiana de los últimos setenta años. Dotado de una prodigiosa memoria, narraba sus actuaciones con todo tipo de detalle, horario, fecha, climatología del día, acompañantes, etcétera. Hasta siempre, Laudelino.

Pedro Rodríguez Cortes, cronista oficial del Centro Asturiano de Oviedo

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