Ateneo Obrero de Villaviciosa: un siglo de Educación y Cultura
Ya ha pasado más de medio siglo desde que comenzó a surgir un nuevo concepto de educación, identificándose en sentido amplio con el aprendizaje sin tener en cuenta dónde, cuándo o a qué edad se producía. De este modo se comenzó a considerar la educación como un proceso que dura toda la vida y que abarca desde la infancia hasta la vejez.
Fue allá por los años 60 cuando empezó a hablarse de educación no formal como aquella que atiende las necesidades diversificadas de una sociedad dinámica que genera demandas de promoción cultural y perfeccionamiento personal y profesional, dándose fuera del sistema educativo escolar.
Pero muchos años antes de esa década ya había personas que reconocían la importancia de potenciar nuevas posibilidades de educación, que fueran capaces de satisfacer las necesidades de quienes menos acceso tenían a ella.
Me honra vivir en una villa donde, hace ahora un siglo, ya había personas que trabajaban en ese nuevo concepto de educación, fundando una institución cuyos fines entroncarían con los más modernos planteamientos educativos de la educación no formal actual.
¿Qué habrá pasado con esa institución? Puede que se pregunten algunas personas.
Si una mañana caminamos por el centro urbano de Villaviciosa, nos sorprende la imponente fachada de un hermoso edificio que llama la atención por su necesidad de rehabilitación. Ya casi nos hemos acostumbrado a esa imagen, sobre todo desde aquel amanecer de enero de 2006 cuando lo vimos medio herido de muerte.
Ese edificio es el Ateneo Obrero. El Ateneo de Villaviciosa que desde hace un siglo trabaja en difundir la cultura y la educación a pesar de viento y marea, a pesar de ese extraño conflicto legal sobre su titularidad que bloquea cualquier intento de rehabilitación hasta que no se resuelva.
Si de nuevo caminamos por el centro de la villa, esta vez en la tarde, podremos ver cómo ese edificio, con todas sus dificultades, cobra gran vida. Hay muchos niños y niñas que entran y salen, que corren, que saltan; hay madres y padres que les esperan; hay jóvenes y personas adultas que caminan hacia él con un instrumento musical, con un maletín, con unos libros.
Y es que el Ateneo alberga una intensa actividad aunque sólo se pueda utilizar parte del edificio, en espera de una rehabilitación. Es lugar de encuentro y reunión; es sede de clubes y de diferentes grupos; es un espacio de ocio, de cultura y en definitiva de educación. Lugar necesario para los más jóvenes que tanto necesitan de espacios que les aparten del ocio matarratos que puede llevarles a prácticas de riesgo. Lugar importante para las personas adultas, que demandan actividades donde poder olvidarse de la rutina y mejorar su satisfacción a través del enriquecimiento personal.
Este año 2011 el Ateneo Obrero de Villaviciosa celebra su 100 aniversario con la esperanza de poder seguir abriendo sus puertas, y cumpliendo con su función: aquella por la que trabajaron villaviciosinos/as de 1911.
Rosana Elías Solares
Bedriñana - Villaviciosa
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