Samuño intenta resurgir de sus cenizas
Gracias, señora alcaldesa de Langreo, porque su gran interés por el Valle de Samuño ha conseguido que la parcela del Cadavío esté en condiciones de ser ocupada para uso de cualquier tipo de industria. Pero es evidente que está donde está y no se puede mover su ubicación a otro lugar más atractivo y comercial. En cambio, sí quedamos obligados a dotarlo de las máximas facilidades para su fácil desarrollo y que no es precisamente la actual vía de comunicación. Perdóneme si es que me estoy pasando de frenada. Es posible que usted tenga en mente alguna otra alternativa, no lo sé, pero si no es así, sin pretender ser más papista que el Papa, yo ofrezco una idea. Podríamos entrar a la altura del Colegio San Antonio en Ciaño, aprovechando la caja de la vía que Feve tiene en desuso desde hace muchos años y que llega hasta el Cadavío, contando, claro está, con Feve. Una vez situados en el Cadavío ya es fácil llegar hasta el cruce de Pampiedra y estamos ya a los pies de la parcela de la plaza de la madera, destinada al segundo polígono industrial según proyecto. Sin apenas darnos cuenta, nos situamos a medio camino, más o menos, entre Ciaño y La Nueva, que hace varios años que esta vía de comunicación espera una «cirugía estética» y la distancia es corta, sin grandes problemas estructurales, y Samuño la necesita y se lo merece. Sé que no corren los mejores tiempos, sin embargo, Samuño entregó lo mejor que tenía sin reparo alguno cuando España estaba peor que ahora, su sangre, sudor y lágrimas, como bien claro me expresé en mi carta del 6 de abril de 2007 en este periódico. Pero claro está que esta generación no lo vivió y le cuesta trabajo creer que fue pura y dura realidad.
Es posible, por razones obvias, que será mi última muestra de colaboración, puesto que a mis 91 años poco me puede quedar. En el más allá nos veremos esperando noticias si alguien comprendió mi mensaje.
Por último, espero que me sean perdonadas mis molestias y hasta cuando el jefe lo crea conveniente. Buen día y a mandar.
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