Vergüenza pa los casinos
El pasado año manifestaba el consejero Buendía (responsable de carreteras) a Maruja, del restaurante de La Marea, del que es un cliente asiduo, que las obras de inicio del arreglo a fondo de la C-254, de Infiesto-Campo de Caso, estarían listas en cuestión de días, como mucho semanas. Pensamos que la excelencia de la comida que prepara esta buena cocinera habrá influido para que el señor consejero quisiera quedar bien con una de las afectadas por las obras, aun sabiendo que no era cierto.
Desgraciadamente, le quedan pocos días para que otro (u otra) ocupen su sillón, y él, si algún día vuelve por Casa Maruja, cosa que no dudamos, tendrá que buscar alguna disculpa para haber mentido a la buena cocinera, así como a tantos perjudicados de Piloña y de Caso, que venimos escuchando el eterno cantar del inicio de las obras cada vez que algún mandamás de cualquier Consejería cae por aquí por uno u otro motivo.
Vergüenza y sonrojo debería darles el tener esta carretera en el estado que se encuentra, con baches que tragan perfectamente un utilitario, amén de desprendimientos y argayos por doquier. Esta carretera, más propia de algunos países africanos, está suponiendo un grave quebranto para la economía de Caso, ya que el turismo que podía sentirse atraído a visitar Redes desde la zona oriental de nuestra región, en cuanto atisban lo que les espera retroceden y lo dejan para mejor ocasión.
Luego a nuestros políticos se les llena la boca con impulsos y fomentos del turismo, cuando sobre sus conciencias está el enorme fracaso de acabar sus legislaturas sin ver por lo menos empezada esta obra, vital para nuestro concejo, así como para Piloña.
Algún influyente sindicalista avanzó el rumor, suponemos que cierto, de que los fondos consignados para esta obra se habían desviado para otras actuaciones, cosa que viendo el panorama político y presupuestario actual suponemos cierto.
Lamentablemente, nuestra clase política no parece sentir ningún sonrojo o remordimiento ante actuaciones que casi podrían tipificarse como delito. Ellos manejan los dineros a su antojo, ponen en un sitio, se lo quitan a otro, y dejan a los que vengan detrás el muerto que ellos fueron incapaces de resolver.
Esos son nuestros dirigentes, los que gobiernan nuestra economía y rigen nuestras vidas, pues de sus actuaciones dependen muchos factores que influyen de manera decisiva en la marcha y el desarrollo de los pueblos que forman el concejo casín, lastrado por la incapacidad de los políticos que nos tocó por desgracia soportar.
Esperamos que los nuevos aires, que no tardarán en soplar, traigan un poco de honestidad y no continúen engañando como hasta ahora a los sufridos habitantes del marginado y parece que de segunda categoría parque natural de Redes y todos los vecinos que en él habitamos.
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