La depuradora de Santo Adriano
En una Asturias verde, saturada de paisajes naturales únicos, la Administración sigue empeñada en llenarlos de estructuras de hormigón. Me refiero a esas estructuras grises que destacan del paisaje tanto por su aspecto como por su olor, conocidas como estaciones de depuración de aguas residuales o EDAR.
Gracias a la pasividad manifiesta del Ayuntamiento de Santo Adriano, concejo que alberga maravillas como el desfiladero de las Xanas, la Senda del Oso, el cercado de la osas «Paca» y «Tola», una gran densidad de yacimientos arqueológicos, hórreos, paneras y joyas de piedra como la iglesia de Tuñón y el puente medieval, la Administración ha logrado poner en grave riesgo la integridad de parte de este patrimonio.
Una vez vistos los planos de el faraónico proyecto, 4.5 millones de euros, para una población de apenas 400 habitantes, uno no puede evitar preguntarse si antes de elaborarlo, alguien tuvo la precaución de visitar la zona.
¿Nadie se percató de que levantar la arteria principal del pueblo, por la que fluye el oxígeno que le da la vida, materializado en sus vecinos, los foráneos, los latentes, los adoptados, en los ciclistas o paseantes de la Senda del Oso, podría desangrarlo?
¿Nadie pensó que llevar a cabo una obra de semejantes proporciones a escasos centímetros de casas, hórreos y paneras podría hacer peligrar su integridad? ¿Están realmente seguros de que no se resquebrajarán las paredes de las casas y de que sus cimientos no se resentirán? ¿Son capaces de garantizar que los hórreos y paneras, que han estado en equilibrio durante tantos años aguantarán el trabajo de la maquinaria pesada excavando y haciendo temblar el suelo sobre el que se apoyan?
Considerando que actualmente, la única forma de llegar a la zona donde se ubicará la EDAR es cruzando el río por el único puente existente, el medieval, que forma parte del patrimonio histórico asturiano, ¿por donde pasará la pesada maquinaria para semejante obra durante los trabajos de ejecución y de explotación de la depuradora? Es de sentido común pensar que quienes lo diseñaron y construyeron no lo hicieron pensado en el esfuerzo a que va a ser sometido.
Por otra parte, a pesar de que hoy en día existen depuradoras ecológicas, de las que la Junta de Castilla y León, por cierto, sabe bastante (Bustillo de Cea, Cubillas de los Oteros, San Millán de los Caballeros, Fresno de la Vega), que se integran perfectamente en el entorno, la Administración, apoyada por la inmovilidad del Ayuntamiento de Santo Adriano, parece empeñada en instalar una de esas depuradoras, que lejos de integrarse en el entorno, rompe el perfecto equilibrio natural del mismo.
Situar una EDAR a apenas 500 metros del núcleo rural o a escasos 50 metros de la Senda del Oso, no creo que sea lo más adecuado. Según contemplan varias sentencias del Tribunal Supremo, la actividad de las EDAR debe ser regulada por el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres y Peligrosas, que establece una distancia mínima a núcleos de población de 2 kilómetros.
Otro asunto, digno de mención, es el hecho de que a la depuradora, situada en Villanueva, lleguen las aguas residuales de gran parte de nuestro concejo vecino, Proaza. A pesar de que la EDAR estará situada en nuestro concejo, únicamente depurará las aguas de uno de los 8 pueblos que lo componen, en este caso Villanueva, y ni tan siquiera de todos los barrios del mismo. El llevar las aguas residuales de nuestros vecinos hasta la depuradora es la causa principal de todos los problemas relatados.
Dicho todo esto, me consta que la mayoría de los vecinos somos conscientes de que es necesaria la depuración de las aguas residuales, pero estamos convencidos de que hay formas de hacerlo menos destructivas, más sensatas y casi con toda seguridad más económicas. Por supuesto gracias a la dejadez de nuestro Ayuntamiento, a estas alturas ya estamos fuera de plazo para hacer alegaciones, así que únicamente nos queda patalear a ver si alguien nos escucha y es capaz de responder a las preguntas planteadas.
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