Los correos de la Sindicatura
Estos días está, una vez más, la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias en los periódicos y también una vez más por cuestiones ajenas al rigor técnico que se le supone y debería exigírsele.
No voy a defender las actuaciones del autodenominado o autodenominada «voxpopuli» que pudieran ser constitutivas de infracción legal. Pero sin duda reflejan o más bien han puesto de relieve parte de lo que ocurre en el interior de la institución y aumentan las sospechas. Decía el síndico mayor que era un grave daño a la institución y sin duda lo es que no toda la culpa es del mensajero. Como muchos creemos, la creación del ente parece haberse fraguado más en el espíritu de evitar el sometimiento de las cuentas públicas al Tribunal de Cuentas de Madrid para, en su lugar, tener un órgano fiscalizador y de control más cercano y formado por personas mucho más afines y también cercanas. Se repite una y otra vez lo bueno que es tener políticos e instituciones cercanas... pues yo no, yo las quiero de calidad, independientes y efectivas ya estén en Oviedo, en Madrid o en Bruselas. Sin duda desde un inicio se ha politizado la institución. No voy a dudar de la capacidad técnica de los tres síndicos (aunque uno de ellos parece que incumplía un requisito para su elección) pero sin duda su currículum político no auguraba una independencia como la que sería de desear. Ya saben que la virtud además de tenerla hay que parecerla tener. Y a mi entender con la práctica no han despejado esa sospecha. Creo que el Defensor del Pueblo sí ha sido un ejemplo en esto y se ha ganado el respeto de todos.
Respecto al personal desde su inicio la imagen que se ha dado no varía mucho de la expuesta por «voxpopuli» (ahí están las sentencias judiciales que criticaban los sistemas de elección) así que díganme con qué moral se presentan los candidatos a las pruebas.
En contra de lo que opina el alcalde de Oviedo, la Sindicatura no hay que cerrarla, hay que tomársela en serio, hacer de ella un órgano técnico, fiscalizador, independiente de verdad por incómodo que sea, y ser un ejemplo de la legalidad que supervisa porque también la Sindicatura ha de ser y parecer virtuosa para poder tener, además de la legalidad, la fuerza moral en su respaldo. Confiemos que tras las elecciones autonómicas el nuevo cuadro político permita una sustancial reforma, unos nuevos síndicos con la fuerza técnica y moral de ejercer tan importante labor y que su desarrollo les reafirme.
Ignacio Onís Peral
Oviedo
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