Torpeza con José Antonio Noval

Comienzo aclarando que no actúo de emisario de nadie, tan sólo trato de expresar mi reacción, mi personal punto de vista ante una decisión que hiere la sensibilidad del ciudadano. Una decisión, que me parece mezquina, que no comprendo y en cierto modo me exaspera.

Anticipo que no voto en Siero, ni resido allí, pero conozco «algo» la vida sierense y a personas sierenses, desde que hace ya cerca de cuarenta años residí y desarrollé mi función profesional en Lugones. Y desde aquellas fechas, el setenta y tantos, conozco a José Antonio Noval. Y lo conocí, era un chavalín, preocupado ya por los asuntos del concejo de Siero.

Y salgo a la palestra porque me sonroja, repito, la actuación que ha tenido el Partido Popular con José Antonio Noval, persona culta, discreta, responsable, educada, con criterio y rigor en su comportamiento, cualidades que definen su personalidad, que ya a muy corta edad la problemática de su pueblo era para él una preocupación que manifestaba a través de los medios de comunicación, en los que solía escribir, cuando no en reuniones, no con carácter de oficialidad, pero sí con esencia constructiva celebradas con el sano ejercicio de tratar de reconducir la política de marginación y abandono que se seguía con algunos pueblos del concejo.

Más adelante se incorporó en la política, alternando esta función con la enseñanza en un acreditado colegio de nuestra región, hasta que alcanzó, con sobrados méritos curriculares, en mi criterio, el honor de ser alcalde de Siero, honor del que pueden sentirse orgullosamente representados los sierenses.

Y después de este preludio voy a explicar por qué tomo vela en este entierro:

Cuando irrumpe la figura de Cascos en la política asturiana, motivado por el cierto grado de marasmo que se venía advirtiendo y denunciando, desde todas las esferas, en la representación política del Partido Popular, José Antonio Noval participó en los primeros contactos con el que fuera secretario general del PP, ministro de España y miembro destacado, dato éste importante, miembro aún del Partido Popular, para escuchar, y por qué no, sus propuestas y sus proyectos, que tendrían, como fundamento, pienso yo, la alternativa política de Asturias y la mejora de las estructuras que fortaleciesen la situación del Principado, a través de un gobierno del Partido Popular.

Una actuación limpia, transparente, democrática, que todo el mundo supo o nos enteramos. Luego por enfrentamientos internos del partido, acabó, como acabó. Cascos se dio de baja en el Partido Popular y creó otra alternativa, fuera del partido del que él había sido insignia y con el que había conseguido grandes logros en su carrera política.

José Antonio Noval, fiel a sus convicciones políticas, se apartó del entramado, contubernio o rifirrafe que se creó y coherentemente, vino a decir, pienso yo, porque con él no hablo hace muchísimo tiempo, que «podría», digo, «podría o no», estar de acuerdo con los planteamientos de Cascos, pero lo que sí está a todas luces claro, que las consideraría, o no, pero siempre y cuando sus ideas y proyectos se plasmaran dentro del Partido Popular. Un acto de lealtad que le honra y que su partido debiera valorar y, a lo que se ve, no supo.

Y ocurre todo lo contrario, a esta actuación clarividente de lealtad de fidelidad responde la dirección del partido con la exclusión de su candidatura para seguir dirigiendo con la proverbial personalidad, conocimiento y rigor e intachable conducta, la Alcaldía de uno de los concejos más importantes de Asturias, Siero.

Señores y señoras del Partido Popular: viendo estas actuaciones, tomadas a mi juicio y de más personas, sin sentido, como no sea el vindicativo, sin cabeza, sin capacidad de análisis, absurdas de principio a fin, me pregunto:

¿Están ustedes capacitados para gobernar una región plural, vigorosa y contendiente como la nuestra o por el contrario, el comportamiento pusilánime, no lo digo yo, lo han venido denunciando públicamente los medios de comunicación y la propia sociedad, de algunos, no todos, por supuesto, de sus representantes más destacados, seguirá llevando al traste la ilusión, el tesón, el esfuerzo, el sacrificio y el voto de muchas personas leales y fieles, con alto sentido de la responsabilidad, como lo está demostrando, al más alto nivel, uno de sus baluartes en la política regional: José Antonio Noval, alcalde de Siero?

La torpeza con la que se pronunciaron es una pura herejía, pero susceptible de rectificación, concepto que dicen ser cosa de sabios o de personas con entendimiento y talento.

Demuestren a la sociedad esa inmensa facultad y no se desprendan de personas de contrastada valía, capacidad, conocimiento y eficiencia como es José Antonio Noval para regir todo un potencial territorial, agroganadero y empresarial de primer orden: el concejo de Siero.

Arturo Arbesú García

Oviedo