Cacisquismo y favoritismos
En la calle Covadonga de Gijón y a pocos metros de la vivienda de la todavía Alcaldesa de la ciudad, unos establecimientos de hostelería hacen y deshacen a su antojo todo lo que quieren.
La calle Covadonga, se urbanizó con unas contribuciones especiales, pagadas por los vecinos, antes de que se suprimiera dicho impuesto, con el justificante de aumentar las aceras, de forma que hiciera mas agradable pasear por esta preciosa zona gijonesa, pero está claro que las decisiones que ahora se toman sobre la utilización de la misma, no lo son en función de la opinión de los vecinos, sino de los intereses particulares de los dueños de estos establecimientos.
No se puede aparcar, y los multamovil y los agentes de circulación rondan permanentemente alrededor de este tramo de calle semi-peatonal, prestos a imponer multas a todo aquel que estacione el vehículo aunque solo sea para poder descargar las bolsas del supermercado.
Pero no vigilan el incumplimiento de la distribución y colocación de las mesas de las terrazas, la práctica imposibilidad de circular por esas aceras, debido a la saturación de mesas, el incumplimiento de las horas de cierre, el mantener permanente abierta la terraza acristalada que debería de estar cerrada al tener música amplificada en el establecimiento
Hace algún tiempo, se cambió la posición de los contenedores de la basura, desplazándolos lejos del establecimiento, con el fin de que no molestase a los usuarios del bar.
Ahora, se han cambiado de sitio los bancos públicos, para que puedan disfrutar de mas espacio para las mesas de sus terrazas, sin conocimiento de los vecinos, y en el caso de la acera de los impares, es posible que se elimine dicho banco
¿De donde les viene tanto poder?¿Quien se lo otorga?¿A cambio de que?
Ya que no se me va a hacer caso, al menos que conste mi protesta por esta situación de abuso de poder del que acepta estas situaciones. Los políticos se deben a los votantes, y no a desconocidos intereses ajenos al bien común.
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