¿Qué política exterior tenemos?
La reciente declaración de la ONU en nombre de los Derechos Humanos para proteger a la población Libia recuerda la importancia de estos derechos. Sin embargo, a menudo esta defensa se utiliza para justificar intervenciones militares. En otros casos son los intereses económicos, energéticos o de seguridad los que se imponen a su protección. España aún tiene cuentas pendientes a este respecto, puesto que a pesar de que en 2008 aprobó un Plan Nacional de Derechos Humanos, éstos no están en primera línea de su política exterior, sino por debajo de otros intereses. Así, por ejemplo, el Gobierno español guardó silencio ante las violaciones de Derechos Humanos cometidas durante la guerra contra el terror por Estados Unidos y no ha exigido responsabilidades a quienes autorizaron los vuelos de la CIA.
Además, España no acogió al activista en Derechos humanos Hu Jia, ni recibió al enviado especial del Dali Lama ni a Rebiya Kaader, líder de la minoría uigur, por presiones del Gobierno chino. Asimismo, para proteger las relaciones comerciales con Marruecos, el Gobierno español ha cerrado los ojos ante la represión que sufren los manifestantes y activistas con opiniones contrarias a las autoridades, especialmente los saharauis. Por otro lado, se han producido contradicciones, como el apoyo a un Tratado Internacional para la regulación del comercio de armas en los foros internacionales, y la venta de material de defensa a Arabia Saudí, Pakistán, Barhein, Siria, Líbano, Israel, Irán, Egipto, Libia, Argelia, Marruecos, Sudán, Ghana o Colombia en los últimos años.
Amnistía Internacional acaba de exigir que la defensa de los Derechos Humanos vaya más allá de los discursos políticos y se convierta en un compromiso real. Se puede empezar por aprobar un nuevo Plan de Derechos Humanos y por no vender armas nunca más a países donde se puedan utilizar para violar estos derechos.
Francisco Javier Fernández López
Presidente de Amnistía Internacional Asturias
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo