Sobre la depuradora que pretende construirse en Santo Adriano

Cuento a los lectores una historia que un día tras otro se repite. Va de autoritarismo administrativo. Érase que se era una mañana, como otra cualquiera, en la pequeña aldea de Villanueva de Santo Adriano, cuando, de repente, los vecinos se enteran de que se les ha expropiado forzosamente para construir una magnífica Estación de Aguas Residuales (EDAR) en el pueblo. Una de ésas que huelen a rayos. Pero la historia no termina ahí.

Se pretende invertir la friolera de 4 millones de euros en una población que no suma más de cien vecinos (que junto a los de Proaza, localidad de la que traerán también los residuos, no superan apenas los 400). La construcción de un colector de grandes dimensiones está, a todas luces, injustificada por este hecho. Para estas pequeñas aglomeraciones la directiva 91/271/CEE exige un tratamiento adecuado, es decir, un sistema de depuración que no suponga elevados costes de implantación ni alto consumo energético, pues, una vez construidas las instalaciones, su mantenimiento es competencia de los municipios (en nuestro caso de la mancomunidad), y se da la circunstancia de que muchas de estas depuradoras dejan de funcionar una vez que pasan a manos de la Administración municipal por carecer ésta de los recursos necesarios para sostener su coste. ¿Por qué, entonces, una macrodepuradora en unas aldeas tan minúsculas que no la van a poder mantener? Fácil, recuerden el presupuesto: 4.000.000 de euros. Ahora ya hemos encontrado el quid de la cuestión.

En esta Asturias nuestra, las altas esferas del poder político funcionan en realidad como un gran consejo de administración que defiende, ante todo, los intereses de los grandes grupos empresariales. La EDAR de Santo Adriano y Proaza supone una inversión de cerca de 10.000 euros por habitante, lo que evidencia la desproporción existente entre las necesidades de estas pequeñas poblaciones y la solución técnica aportada. ¿A quién beneficia entonces? A los vecinos y vecinas de Villanueva de Santo Adriano no, desde luego.

En definitiva, el proyecto de construcción de una EDAR en Villanueva, tal como está planteado, es, a todas luces, desproporcionado para nuestras necesidades, está claramente inclinado a favorecer los intereses de determinados proveedores de materiales y constructores, perjudicando, como es lógico, a los que menos tienen, a los pequeños propietarios de parcelas que han sido tasadas a un precio irrisorio, falseando en muchas ocasiones la verdadera naturaleza del inmueble: por ejemplo, considerando improductivos terrenos que hoy día se están dedicando a la ganadería o agricultura. Es una historia vieja, los ricos y poderosos que, con el beneplácito de la clase política, imponen sus intereses arrebatándoles un poco más a los que menos tienen. Pero para defender a estos últimos, según he leído, se inventó una ideología allá por el siglo XIX denominada socialismo. Una idea justa, que dice que no siempre los grandes deben comerse a los pequeños, que defiende un mayor equilibrio social y que reclama los derechos de aquéllos que a menudo no pueden defenderse por sí mismos. Sin embargo, se da la paradoja de que el gobierno municipal de Santo Adriano es (o mejor dicho, dice ser) ¡socialista! ¿Y el de Asturias? ¡Pues resulta que también dice serlo! Ahí es nada. Unos nos imponen una obra que resultará beneficiosa sólo a quienes la ejecutan y los otros, los del Ayuntamiento: ¿Qué han hecho para defender los intereses de esos pequeños propietarios a los que quieren expropiar forzosamente? Esta pregunta tiene fácil respuesta: nada.

El Alcalde y sus concejales no informaron a nadie, cuando en realidad conocían desde hacía meses el proyecto (concretamente desde el día 27-X-2009, cuando se anuncia en el BOPA la adjudicación del contrato para su redacción) y las consecuencias que iba a acarrear. Y si no se enteraron es porque no están atentos a sus obligaciones, tuvieron otra oportunidad de hacerlo el día 17-VIII-2010, cuando se publicó el anuncio relativo a la licitación del contrato de las obras. ¿Y dicen que no sabían nada? Mejor que nadie conocen la situación de muchas de las personas afectadas, demasiado mayores como para estar en disposición de defenderse, solas ante este tipo de imposiciones administrativas. ¿Se preocupó el Ayuntamiento de esta gente? ¿Organizó alguna jornada informativa? ¿Facilitó los datos a tiempo para preparar posibles reclamaciones? No, no y no. ¿Y el grupo de oposición en el Ayuntamiento (PP), qué hizo?: nada, estarían ausentes, como siempre. Solamente una nueva agrupación política nacida en fechas recientes (Agrupación de Electores Independientes por Santo Adriano) ha asumido la organización de una serie de reuniones informativas con autoridades y abogados para que los vecinos y vecinas de Villanueva puedan, al menos, intentar plantar cara y defender sus intereses frente a tanta imposición.

En fin, no sé si será que yo he malinterpretado a Marx, Engels o a Rosa Luxemburgo, quizá tenga que releérmelos a todos, porque no veo ningún paralelismo entre sus ideas y las de los gobernantes de Asturias y Santo Adriano, que dicen ser de su misma escuela pero que, sin embargo, se apresuran a favorecer los intereses de los grandes empresarios en contra de la gente de origen humilde a la que deberían defender. Lo que me parece es que estos señores del PSOE han debido de saltarse algunos capítulos del «Capital», porque si ellos son los representantes de las ideas socialistas, entonces no me cabe la menor duda de que la injusticia, necesariamente, tendrá que ser combatida desde otros frentes políticos.