¿Qué le puede estar pasando a Peces-Barba?
Permitidme, antes de abordar esta cuestión, ofrecer algún dato biográfico sobre este hombre.
Es un hombre célibe. Educado en la fe cristiana. Doctor en Derecho. Fue diputado socialista y trabajó al mismo tiempo como abogado y profesor universitario de Filosofía del Derecho, asignatura para mí chocante. Fue presidente del Congreso de los Diputados. Fundador y rector de una nueva Universidad en Madrid. Fue nombrado alto comisario para el apoyo a las víctimas del terrorismo, de las que nunca se ocupó.
¿Estará este hombre agotado de tanto trabajo y, en consecuencia, se estará volviendo loco?
Alguien me podrá preguntar por qué lo digo.
Hace días, en un periódico nacional tendencioso y sin credibilidad alguna, este personaje propuso nada menos que dar «palo» a los católicos. Romper los acuerdos con la Santa Sede. Exige la suspensión de las clases de religión. Critica a la Iglesia por no apoyar el divorcio, el aborto y el matrimonio de personas del mismo sexo.
¡Vaya padre de la Constitución que tenemos! La Carta Magna define España como un país aconfesional, que debe tener un trato preferencial hacia la Iglesia católica debido a la estrecha relación histórica entre ambas. No habla de persecución ni de dar palos a nadie.
Veo mal que se quiten de los colegios la Geografía o las Matemáticas. Pero abogar para que se suprima una asignatura que difunde el mensaje cristiano es un atentado contra la Humanidad.
La vida es un derecho fundamental del ser humano antes y después de su nacimiento. Decir que abortar es un derecho es la mayor barbaridad que jamás se ha podido escuchar.
El matrimonio debe estar basado en el amor y ser algo estable. El autor intelectual de nuestros hijos quiere que vengan al mundo y se críen en las mejores condiciones. La unión de personas del mismo sexo no es un matrimonio, sino una enfermedad degenerativa que va cada vez a más. Ya se ve que la naturaleza en estos tiempos anda bastante alborotada, pero esto no justifica que todos nos vayamos a volver locos.
Señor Peces-Barba. Vuelva a sus raíces cristianas y dé crédito a la profecía que anuncia ese gran momento en que un niño de pecho pueda jugar junto a la hura del áspid sin que éste salga y lo envenene.
Usted lo que está haciendo con esas manifestaciones no es otra cosa que envenenar al pueblo. Esto indica que la profecía aún no se ha cumplido y, por tanto, aconsejo no andar jugando ni con lo que usted piensa ni, mucho menos, con lo que predica si no podemos morir envenenados.
José Ramón Rodríguez Fernández
Oviedo
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