El hombre tranquilo
«El hombre tranquilo» es el título de una de las mejores películas del gran director de cine John Ford.
Salvando las distancias y siendo un poco generosos con la imaginación, se puede encontrar en la trama de este filme y en alguno de sus protagonistas numerosas similitudes con la situación y naturaleza de algunos personajes que aparecen en Asturiana.
Sean Thornton, representado por John Wayne, es un hombre tranquilo y pacífico que intenta resolver siempre los problemas que se presentan de manera diplomática y amable.
Willy Danaher, representado por Victor Maclaglen, es el típico broncas del pueblo al que todo el mundo teme y que se pasa la vida anotando en una libreta a todos los que no están de acuerdo con él, amenazándolos con pasarles factura en cuanto tenga oportunidad.
No hay que ser demasiado sagaz para darse cuenta de que estamos hablando de Javier Fernández y de Álvarez-Cascos, respectivamente. Y no se crean que estoy exagerando o cayendo en puro maniqueísmo.
Vean la película y se darán cuenta de que es un retrato exacto de ambos candidatos. Incluso hasta existen similitudes en lo físico: altura, elegancia y buenos modos en Sean Thornton, y basto corpachón, tosquedad y brabuconería en Willy Danaher.
¿Se imaginan los nombres que tendrá anotados Álvarez-Cascos en su libreta?
¿A cuántos de ellos les habrá pasado o pasará factura?
¿Tendremos los asturianos la suficiente madurez y sentido común para poner a este personaje, que se jacta de que le tengan pánico los que lo rodean, en su sitio?
Espero que sí.
Javier Fernández, aunque hombre tranquilo, sabrá pelear y coger el toro por los cuernos cuando sea preciso, pues en la película el caballeroso Thornton sólo se gana el respeto de todo el pueblo cuando le para los pies a Danaher.
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