China: La palabra entre rejas
Desde el intento de internautas chinos de emular la "revolución de los jazmines", con un llamamiento a "pasear" por ciertos lugares públicos, se viene produciendo en China una oleada de detenciones que no se recuerda desde hace años. Más de un centenar de personas, muchas de ellas usuarias de twitter y blogs, han sido sometidas a vigilancia e intimidaciones por las fuerzas de seguridad, o se encuentran en paradero desconocido, desde finales de febrero en lo que sería un paso más para silenciar las demandas democráticas y de libertad.
Esta oleada de detenciones está afectando a muchos de los ámbitos de la vida en China. Periodistas, abogados, e incluso artistas como el caso del conocido Ai Weiwei, quien se ha destacado por su defensa de la libertad de expresión y críticas al gobierno chino, se han visto afectados.
La represión contra la disidencia en China ya es conocida desde hace largo tiempo, como en la revuelta uigur de Urumqui el 5 de julio de 2009 o los sucesos de la plaza de Tiananmen el 4 de junio de 1989.
La represión en China debe acabar, las autoridades chinas deben cesar en sus intentos de silenciar a aquellos que piden cambios, derechos humanos y libertad, y los gobiernos de todo el mundo deben colaborar para que esto se cumpla.
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