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Rafa Llanes soñó con un Tineo mejor...

25 de Junio del 2011 - Senén González Ramírez (Tineo)

Describir la personalidad de Rafa Llanes para los que a diariamente le tratamos, queremos y respetamos no nos ofrece ningún tipo de contrariedad. A los que no han tenido ese placer y después le conocen y tratan, inmediatamente llegan a la misma conclusión de los que tenemos la suerte de ser sus amigos: una persona de carácter franco y bonachón, y por ende cariñoso y honrado sin paliativos. Estas serían algunas de sus cualidades definitorias para esta persona nacida en Tineo y después vecino de Valladolid por imperativo del trabajo de sus padres y haber formalizado su propia vida en esa ciudad, y que no ceja en su empeño de visitarnos casi todas las semanas trayendo consigo la alegría y el amor desbordado hacia el Tineo de sus amores, a su Tineo del alma...

Rafa Llanes desciende de una familia rural burguesa de la clase alta del concejo de Tineo, sin lugar a ningún género de dudas, la más antigua del municipio: los Queipo de Llano, que tuvieron casa solar en Santianes de Tuña al menos desde mediados del siglo XVI, y cuyos ancestros llegan a nuestros días por una cadena consanguínea ininterrumpida desde aquel don Juan Queipo de Llano, el viejo, fundador de la Casa de Santianes. Después, en el siglo XVIII, a través del matrimonio de doña María Antonia Queipo de Llano y Navia Bolaño, nieta de los condes de Nava, por su matrimonio con el coronel don Menendo de Llanes Cienfuegos Campomanes, Caballero Maestrante de la Real Orden de Caballería de Sevilla, pasa el apellido Llanes a primer término, subsistiendo en la actualidad en un sinfín de familiares.

Los Llanes siempre se distinguieron en las tierras de Tineo por sus grandes y buenas cualidades humanas. Y, claro está, como familia terrateniente y adinerada ocuparon en la Alcaldía, a través de los siglos, puestos preeminentes: regidores perpetuos, jueces nobles, alcaldes, etcétera. Dos de sus tatarabuelos fueron alcaldes de Tineo: don Rafael Llanes Canseco, nombrado alcalde de Tineo el 30 de julio de 1856. Con fecha 28 de enero de 1858, merced a su gestión, le es concedida la Escuela Elemental de Niñas. Y don José Fernández-Argüelles y Díaz Labrada, que accedió a la Alcaldía de Tineo el 28 de julio de 1879, según resultado de las elecciones de los días 11, 12, 13 de mayo de ese año.

Ya en el siglo pasado su abuelo materno, don Rafael Llanes Fernández-Argüelles («Falo Llanes») ocupó la misma poltrona en una época de gran turbulencia política en España, desde el 4 de noviembre de 1934 al 1 de febrero de 1936.

Independientemente de ideologías políticas, porque para eso estamos en un país de libre pensamiento, Rafa Llanes, en su afán de hacer cosas por Tineo, con la mayor ilusión del mundo se alistó a una formación política, qué importa cuál, y comenzó a trabajar denodadamente por esa alineación. En su incesante devenir de Valladolid a Tineo, en cada viaje llega cargado con un gran bagaje de ideas, de sueños, de arrimar el hombro con el ánimo de engrandecer a su Tineo: participar en la Cabalgata de Reyes, vestirse de gigantón, participar en los Carnavales, en fin, con una ilusión y un deseo desbordado por hacer algo, principalmente por los más pequeños. Llegando su delirio tineino a empadronarse en Tineo, para que todo fuese más completo, y con integración plena. Siempre le vemos ensimismado con el paisaje que desde la villa se divisa, echando flores a diestro y siniestro al pueblo, a sus calles, sus gentes, al palacio de Merás, a los milhojas del Fontán, que dice «son las mejores del mundo», al rinconcito que lo vio nacer... Rafa quiere a Tineo de verdad, lo demás son gaitas al hombro.

¡Pero, ay! Que en su grafía de ser, inofensiva, casi infantil, ignorando que la política no tiene entrañas, quiso llevar todos esos sueños a la realidad, y esa misma política que todo lo envenena le jugó una mala pasada relegándolo al medio de la fila y echándole por tierra todas sus quimeras y añoranzas. ¿Es justo el cercenar de esta manera la inmensa ilusión del corazón de una persona? Sencillamente, es incomprensible y del todo ominoso, a mi manera de entender. Él se merecía estar en lo más alto de la pirámide, porque para eso fue de los primeros que se ilusionaron con un proyecto por el que apostó, y desde cuyo seno quería ocuparse y plasmar todos sus ideales, en definitiva, luchar por Tineo.

Ya poco importa ese despecho. Rafa no cejará en su empeño. Continuará viniendo un día sí y otro también a su amado Tineo procedente de la Meseta castellana. Seguirá soñando con ver a su pueblo prosperar y engrandecerse. Y trabajará, a su manera, en cualquier idea o proyecto que conlleve a un futuro grande y mejor hacia este Tineo eterno. Porque él no cree aquello que dijo el poeta: «Las ilusiones perdidas, juguete del viento son». Muy al contrario, sus convicciones son cada vez más profundas y reconocibles.

¡Ánimo, Rafa, coraje, y arriba! Todos cuantos te queremos estamos contigo. Y nunca olvides aquello, de que: «Así paga el diablo a quien le sirve».

Senén González Ramírez, Tineo

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