La doble moral de mi gobierno
A veces pienso que es mejor no saber, pero otras, creo que no pensar y sobre todo -no hacer nada- me convierte en cómplice. El caso es que según pasan los años llevo peor la doble moral de los gobernantes. Me enorgullece saber que
mi Gobierno lucha contra la violencia de género en Europa y trabaja contra la discriminación por orientación sexual, o saber que somos los primeros en ratificar instrumentos internacionales de gran calado o contribuir a la liberación de los presos de conciencia en Cuba, o incluso de acoger a exdetenidos de Guantánamo... pero me avergüenza saber, como denuncia Amnistía Internacional, que mi gobierno ha vendido armas a Libia, Marruecos, Argelia, Egipto o Israel, por poner sólo unos ejemplos, y a la vez promueve en Naciones Unidas un tratado internacional para regular el comercio de armas. O descubrir que mi gobierno lidera una moratoria en Naciones Unidas para acabar con la pena de muerte en el mundo, pero firma importantes contratos económicos con China sin, ni siquiera, afearle la conducta por ser el mayor verdugo del mundo. Pero sobre todo me duele saber que el país que fue capaz de amargar la vejez de Pinochet y abrió una puerta para las víctimas de crímenes contra la humanidad como torturas o genocidios, ahora haya dado marcha atrás y obstaculice la aplicación del principio de jurisdicción universal para dejar en la estacada a tantas víctimas que vieron en España una puerta de esperanza.
Francisco Javier Fernández López.
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