El expolio del Vasco-Mayacina
A la atención de Noemí Martín: Hablas en el periódico LA NUEVA ESPAÑA del día 5 de febrero del Vasco Mayacina, de las palabras a los hechos.
Dices en tu escrito que lo que parecía un sueño, hoy es una realidad. Acceder a una vivienda y no tener que hipotecarse de por vida.
Muy bien, pues a mí que vivía en dicho Vasco Mayacina en una casa y 139 metros de terreno de mi propiedad, que el único gasto que me ocasionaba anualmente era la contribución, a mí sí que me hipotecasteis de por vida, ya que ahora con los míseros 600 euros que cobro de pensión del Montepío de la minería asturiana tengo que pagar comunidad, pagar la vivienda, comer, vestir y calzar.
Por favor, mantener la boca cerrada, que es como mejor estais. Ya se lo dije a Payo, se lo dije a Cienfuegos y ahora te lo digo a ti. A ver cuál es el próximo que vuelve a sacar pecho como vosotros, que decís que lo estáis haciendo de cine y anunciando a bombo y platillo vuestro tan cacareado bienestar social.
¿Sabes lo que me dieron a mí, en la Mayacina, por mi propiedad y los 130 metros de terreno? Pues lo que vale hoy una simple plaza de garaje en dicha Mayacina.
Cuando queráis presumir de regalar un abrigo vais con vuestra cartera, lo pagais con vuestro dinero y después lo regalais. Pero no vayais a coger el abrigo al armario del vecino, que es lo que hicisteis con la Mayacina, desvestir a los que estábamos vestidos para vestir a otros (según vosotros porque los que van no van gratis).
A mí no sólo me hipotecasteis y me arruinasteis de por vida, es que me dejasteis unas secuelas de rabia, impotencia y desesperación sin poder cerrar el ojo ni de noche ni de día.
Me gustaría que algún día tú, Payo, Cienfuegos y el señor García, o el señor Areces, tuvieseis la valentía y la gallardía de decir y reconocer públicamente que bajo vuestro mandato consentisteis que se cometiera en Vasco Mayacina el mayor expolio de la democracia española.
José Manuel Alonso
Mieres
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