Más cerca imposible
Recordatorio. Hay un remedio para las culpas, reconocerlas. Grillparzer
Ayer (después de unas fechas precintada) va «La Tacita» y por su cuenta se autodesprecinta y recomienza a teclear. En principio este escribidor, que estaba en el baño afeitándose, con la puerta del baño abierta de par en par, oímos el teclado de nuestro ordenador medio oxidado, marchando a toda máquina. Y vemos a toda la fauna, el Casimiro en esta ocasión haciendo de director extractando la noticia de noticias, verbigracia: «Una mujer secciona el pene (en Bangladesh) a un hombre que intentó violarla. La atacada, ipso facto, metió dicho miembro en una bolsa entregándola a la Policía». Muy bien hecho: que cunda la acción en el mundo mundial, firma y rubrica quien ya pone punto final por hoy, amables lectores. Ah, se nos olvidaba anotar un «detalle»: esa mujer y ese depravado eran vecinos de puerta con puerta, más cerca casi imposible. En fin, que debió dejarlo al ciento por ciento sin el «paquete» entero. Érase una vez.
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