Queja al arzobispo de Oviedo
Con todo el respeto, mi marido y yo queremos exponerle el tema que nos lleva a formular nuestra queja hacia el señor cura y párroco de la parroquia de Bárcena del Monasterio.
En dicha parroquia yo nací, hice mi primera comunión y el 7 de febrero de 1959 me casé, en la capilla de San Pedro de Bárcena, con el que es mi marido, nacido en la parroquia de Rellanos de Navelgas, también del concejo de Tineo. Todo esto se lo comento porque, después de 30 años vividos en la emigración en Suiza, al regreso a nuestro país siempre sentimos la ilusión de renovar los votos de los 50 años de matrimonio en la misma capilla de San Pedro de Bárcena.
Después de haber contactado con el párroco de dicha parroquia por dos veces para que nada fallara y con doble confirmación del mismo de que no había ningún problema, con los corazones llenos de ilusión viajamos el día 6 de febrero de 2009 hacia San Pedro. Hemos tardado un día entero en llegar desde Torrevieja a Tineo, es decir, a San Pedro de Bárcena, a causa de la fuerte nevada de este día.
Nosotros comprendemos que el día 6 de febrero de 2009 era difícil, pero él avisó de que estaba en Tineo y que no podía pasar para oficiar la misa. El día 7 de febrero de 2009, las carreteras ya estaban libres de nieve, por este motivo me puse en contacto con él para decirle que podía circular normalmente, ya que ese día no había ninguna dificultad para llegar, a lo cual él me contestó que no venía y que el acto que nosotros queríamos celebrar no era importante y que no requería la presencia de un sacerdote. En ese momento yo le dije que la importancia la mide cada persona según los sentimientos y que no tiene derecho ni debe juzgar o valorar de manera tan poco correcta como ha hecho él, ya que a continuación me colgó el teléfono de un modo brusco.
Mi familia volvió a insistir, a lo cual él pidió que si le iban a buscar con un 4x4 que lo intentaría, pero nosotros no quisimos, ya que por la misma carretera habían pasado mis familiares sin ningún problema, desde León, La Felguera y Oviedo.
Nosotros teníamos entendido que un sacerdote está para unir y cuidar a los fieles lo mejor posible y no ahuyentarlos como él ha hecho con su comportamiento, con una prepotencia impropia del que debería predicar con humildad, que es lo que nos parece que le correspondería.
Por este motivo, nosotros opinamos que no es digno de representar cristianamente a una parroquia como Bárcena del Monasterio y a un pueblo como San Pedro de Bárcena, en el que vive la gente más generosa que hemos conocido.
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