Mérito generosamente considerado
La Fundación Príncipe de Asturias, en la última reunión de patronato, aplicando el reglamento, determinó el paso de diversos miembros fundadores de tal Fundación –entre los que me encuentro– a la condición de patronos eméritos de la misma.
El presidente de honor, su Alteza Real el Príncipe de Asturias –muy generosamente– quiere ofrecer una consideración a tal circunstancia especial. Se efectuará el próximo 10 de junio en la reunión anual del patronato, la cual se realiza habitualmente en el Palacio del Pardo de Madrid. Personalmente agradezco esta consideración, además de la reglamentaria, generosa y llena de cordialidad.
Quisiera dejar constancia de que la actividad, entre todas las demás, de quien suscribe fue una acción de feliz realización en resultados; al margen dejadas de las naturales dificultades surgidas en el transcurrir de los treinta y un años de colaboración con el conjunto fundacional. Mi natural visión y deseos, en el balbuceo de la Fundación, estaba relacionada con ayudar a la dignidad cultural de España. Contribuyendo a incitar una a manera de neo-reconquista creativa, abierta, teórica y práctica así como y –sobre todo– de ejemplaridad. También colaborar a lanzar, desde la Asturias de Oviedo, estímulos de reconocimiento a los «trabajadores del universo cultural global». Como profesor universitario de los autentificados momentos de sobriedad, pretendía percibir –utópica o ilusionadamente– que desde esta Fundación podían surgir enlaces con esa otra Universidad, extensa al universo y globalidad. La cual se impone en este momento; humildemente concretada desde Oviedo, con premios de llamada a la estimulación e intercambio cultural universal. Desde la España de siempre y la que otrora demostró, con su primer viaje alrededor de la Tierra, tal universalidad y consecuente estimulación de los cocimientos terrestres y de la gran naturaleza, posteriormente descuidados y hoy en primera línea de conocimiento al servicio del desarrollo; quizá sobre-estimulado sociológica y políticamente.
Gracias deben recibir patronos, patrocinadores, premiados, jurados, personal de la Fundación, medios de comunicación de representación internacional, asturianos, representados en el Oviedo acogedor por el calor con el que amparan esta iniciativa. Sustentada desde sus inicios por Su Majestad el Rey de España y continuada por el Príncipie del Principado de Asturias.
Alteza Real que la providencia le conserve muchos años en su entorno familiar. Asimismo que todos o muchos podamos ver la continuidad de esta obra digna. Llena de los amores y esfuerzos de tantos o todos. Y gran razón, realizada para la España actual y sobre todo de futuro. Que la buena estrella guíe y acompañe su devenir.
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