Raca, raca con la matraca
Recordatorio. La paciencia hace más llevadero aquello que no tiene enmienda. Horacio
Deciros, reiteraros, una de un músico de orquesta baratilla y el director de la misma: «Maestro, ¿y ahora qué tocamos?». Y el director: «Venga, hombre, usted sabe que tenemos escasísimo repertorio, así que tocaremos la misma pieza que tocamos cuando abrimos la verbena, pero ojo, recargada de la matraca. Y dicho y hecho, o sea que, a continuación, dale que te pego con el raca, raca de la matraca...».
Érase una vez. Una vez que desde años ha ciertos dirigentes de algunos partidos políticos ordenaron a sus militantes que de suprimir el raca, raca con la matraca, nada de nada. ¿Verdad que no? «Maestro –insistía el músico– ¿qué tocamos?». «¡Cómo que qué tocamos!». «Ya os lo he dicho, la misma de siempre, y, además del raca, raca con la matraca, recargada a la vez de bombo a tope...».
Despedida y cierre. Ah, deciros a ti, María Aurora (Pola de Siero), a tu hermana Tere y a mamá que este escribidor de tres al cuarto no merece, ni por asomo, lo que nos decíais en la carta publicada el pasado jueves en vuestro/nuestro periódico. Abrazos y besos para las tres. Y algo más, María Aurora: felicidades especiales en tu cumpleaños, que cumples precisamente hoy. Punto y final, 20.25 horas exactamente de ayer.
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