Socialista decepcionado
En Asturias el Partido Socialista está en manos de jubilados y prejubilados, ociosos y con una ilusión enorme de seguir chupando del bote. En el Ayuntamiento de Oviedo, llevan en la oposición mucho tiempo, y no sólo seguirán en ella, sino que llevarán al partido a la mínima expresión.
Como les da vergüenza facilitar la gobernabilidad, tanto en ayuntamientos como a la Presidencia del Principado apoyando a un partido de derechas, lo que conseguirán es que Cascos convoque elecciones al no poder gobernar en solitario, con lo cual el PSOE desaparecerá del mapa asturiano. En el Ayuntamiento de Oviedo entregaron la Alcaldía al mismo que se reía de ellos todos estos años, sólo por la misma razón: no apoyar al candidato de Foro. ¿Entiende alguien a estos ineficaces? ¿Por qué se niegan a participar en la gobernabilidad del Principado, algo que Cascos les ofrece? ¿Saben? les importan un pimiento los asturianos, la crisis y el paro, sólo miran intereses personales (ya no se puede decir de partido tampoco, ya que flaco favor le hacen ustedes).
Después de siempre votar al PSOE, me propuse no votarlos más, si en sus listas o dirigiendo el partido siguen los innecesarios de siempre, los baldíos prejubilados y más.
Un partido democrático como el PSOE, y con opción firme de alternancia a gobernar, debe facilitar la gobernabilidad allá donde los ciudadanos les dieron la espalda, si votaron a otros ¿Por qué ustedes lo entorpecen? Con ello perjudican a los asturianos. Si son responsables, que lo son, aunque sólo sea para sus intereses personales, deben dimitir; dejar a gente joven más preparada y con nuevas ideas e ilusiones de servir al resto; que sepan orientar, regenerar y limpiar la política de inservibles. El futuro es de ellos, déjenlos determinar ese camino, no les estorben solo por mantenerse en un status que les cae enorme; es sólo ver el apoyo en las urnas: ¿no les da un pelín de vergüenza mantenerse donde nadie les quiere? ¿Quién les anima a seguir? Su entorno les engaña: no valen, algunos no servisteis jamás; a otros que sí trabajaron bien y duro, es hora de agradecerles los servicios prestados y ¡adiós! La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir. El desequilibrio actual es vergonzoso: ninguno queréis iros.
El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. Señor Fernández, señor Carreño y compinches, son todos unos estadistas de pacotilla.
Como la dicha de un pueblo depende de ser bien gobernado, la elección de sus gobernantes pide una reflexión profunda; y como la democracia tiene por lo menos un mérito, y es que un miembro del Parlamento no puede ser más incompetente que aquellos que le han votado. Por eso me hacen no votarlos, y que otros muchos hagan lo mismo.
Recuerden: Los pañales y a los políticos hay que cambiarlos a menudo, y por la misma razón
Un saludo. Mi intención no es dañaros, es veros disfrutar en plenitud fuera de la vida pública, esa que me pertenece a mí tanto como a vosotros.
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