Primo biennio transcurso
Transcurrido, con creces, un bienio desde la formalización en sesión solemne en la iglesia parroquial de Salas (que fue colegiata, nombre que le perdura), donde están sepultados los restos mortales del fundador de la Universidad y también del Colegio San Pelayo en Salamanca (que ya no existe) fundado allí con el exclusivo fin de destinarlo para jóvenes asturianos que, careciendo de medios económicos pero con aptitudes para poder estudiar en Salamanca, don Fernando Valdés Salas, la figura humana cumbre para la historia de Salas, muy disgustado, porque «mis paisanos asturianos mayores de 17 años son analfabetos en más de un setenta por ciento», no sólo en su concejo. También preocupado por el aislamiento físico de tan excelente concejo y comarca, llevó a cabo esfuerzos en pro de mejorar las comunicaciones, tanto hacia Oviedo como al occidente de Asturias, que, hoy, siglo XXI, padece injustas humillaciones en su desarrollo, con una demografía muy «in minuendo» entes vías de comunicación (a pesar de la innegable mejora, del Occidente que yo empecé a conocer en mayo de 1937, y de Salas en 1942).
Hoy es notable el efecto muy positivo del establecimiento del Aula Universitaria, tan generosamente establecido por nuestra Universidad, con la estimable colaboración del Ayuntamiento de Salas, con tan diversas actividades culturales, con su acentuada visión y proyección hacia el Occidente de Asturias; con el establecimiento en la villa, de un magnífico local (antiguas escuelas), hoy Casa de Cultura donde se desarrollan actividades académicas, literarias, artísticas, música, competiciones, exposiciones varias del pensamiento humano, al enfoque de la ética, Casa de la Cultura a la que se ha dedicado el nombre de don Juan Velarde, salense destacado universalmente en el mundo de la economía, que, hoy, tanto necesita de personas con mente conocedora, seria, apta, como lo es la del salense don Juan Velarde.
Y a mayor abundamiento cuenta con el apoyo directo de catedráticos de la Universidad, algunos salenses, p. e. don Joaquín Lorences, don Isidro: recuerdo un acto muy importante en el aula magna de la Universidad que, presidido por el magnífico señor rector, en la mesa presidencial había mayoría absoluta de salenses, pues de los cinco miembros de la mesa, tres eran salenses: don Juan Velarde, don Joaquín Prendes y el señor alcalde.
Otro aspecto también muy importante y que refleja la recuperación cultural de Salas concejo y villa, queda reflejado con toda claridad por los resultados académicos del Instituto IES de Salas. Pues hace pocos años recibió una importante ayuda económica. Y muy poco antes de acabar el año 2010, el Ministerio de Educación concedió el citado Instituto de Salas el segundo premio, a nivel nacional, por el trabajo realizado.
Admirador que soy de Salas (aunque allerano) por los muchos beneficios que de gentes nobles del concejo de Salas, de extracto social más bien humilde siento en mi intimidad fuerte satisfacción por tan manifiesto solemne desarrollo que «sine formidine errandi» (sin temor a equivocarse) irá «in crescendo». Enhorabuena a todos.
Enhorabuena a todos. A los alumnos, cuyo esfuerzo se va viendo compensado. A los padres que también ven estimulados y compensados en su afán de buscar la cultura y porvenir de sus hijos. Y de una manera especial al profesorado o comunidad educativa del Instituto de Salas, no sólo porque ven fruto en su esfuerzo, sino también porque, en su intimidad profesional, imperan la ética y la responsabilidad profesional de contribuir a formar ciudadanos con criterios de libertad y responsabilidad.
Ha cambiado mucho, a positivo, la cultura media de la gente de tan noble concejo; muchas anécdotas podría relatar, de observaciones desde marzo de 1942 en que empecé a «paladear» Salas; cito sólo una, sin ánimo de molestar a nadie: «oye, qué hora ye» y obtenía esta respuesta: «pues, mira, son las tres y media y cinco», no sabía decir las cuatro menos veinticinco. Hoy ya no es así.
José María Huerta González
Oviedo
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