El genocidio en Gaza
Lamentablemente ni siquiera un alto el fuego en Gaza significará que ha llegado la paz. Podrá cesar el mortífero bramido artillero o el tableteo delas armas automáticas, pero la herida se cerrará en falso o, peor aún, seguirá abierta y sangrante. En realidad, sangrando a borbotones.
Sería injusto no reconocer aquí que el upeblo judío ha sido una estirpe perseguida, desterrada, deportada, despojada y calumniada en distintos lugares y por diversos regimentes a lo largo de la historia. Y ese pueblo tenaz, obstinado a la par que inteligente, ha sabido sobreponerse a la adversidad una y otra vez. Tras el sistemático exterminio aplicado p or e3l nazismo el mundo entero, horrorizado, consideró estar en deuda con el pueblo judío y de ahí que se materializara la histórica aspiración sionista de tener una patria en la tierra prometida. Pero allí habitaba otro pueblo, el palestino, con lo cual el conflicto era ya evidente.
Ahora bien, que un país pequeño como Israel enfrentado a todos suv ecinos árabes fuera capaz de desarmarles y derrotarles en una semana, despertaba admiración en Occidente. Que sus servicios secretos persiguieran y dieran caza por todo el planeta a antiguos criminales nazis a fin de juzgarlos en Israel, era comprendido. Que Israel fuera la cabeza de puente de EE UU en la zona e incumpliera sistemáticamente las resoluciones de la ONU arrebatando territorios a sus vecinos y anexionándolos, era tolerado. Y de aquellos polvos vienen estos lodos.
hace ya muchos años que Israel hya cruzado el Rubicón en cuanto a violaciónd e los derechos humanos y el derecho internacional con matanzas como Sabra y Shatila, el confinamiento de lospalestinos en campos de refugiados, el bloqueo a las franjas de Gaza y Cisjordania, la creación del vergonzante muro divisorio... y especialmente elos efectos de todo esto sobre la infancia. Esos niños que son quienes de verdad están derrotando a nate la opinión pública mundial al poderosos ejército israelí. Esos niños palestinos de Gaza, o anteriormente de Sabra y Shatila o aquellos que en las diferentes ediciones de la intifada recibían fuego real en respuesta a sus tirachinas. Y es que insisto tanto en los niños proque sus rostros doloridos, reflejo de un torrente de vida que languidece tan prematura e injustamente truncada, sólo por ser palestinos, perpetúan en su mirada la de aquellos otros rostros de niños cuyas vidas fueron segadas en los campos de exterminio nazi, en aquel caso, por ser judíos.
Cone ste genocidio los gobernantes israelís llevan a su pueblo a perder ante el mundo lo que durante décadas ha constitutido realmente su mayor arma: la autoridad moral.
Quiero concluir recordando al presidente Rabin quien habiendo sido combatiente y ostentando el grado de general del ejército israelí, apostó por la paz, la llamada "Paz de los valientes" y ello le costó la vida. En el lado palestino el persidente Arafat le tendió su mano y ello le pasó factura. Aquella sí fue una hermosa oportunidad perdida.
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