Alea iacta est
Desorientadas y dispersas las gaviotas gabinistas, las hormigas casquistas han alcanzado sus primeros objetivos, La cacería ha comenzado. Sirva este guiño a la famosa frase que dio término a nuestra triste contienda nacional para expresar el estupor que causa el ver a la formación del PP asturiano caminar hacia su propia destrucción. La falta total de responsabilidad y sentido común de una dirección, desautorizada de facto por las urnas, sin ideas, orden ni concierto, que ya ha provocado los primeros desastres, conducirá a las gaviotas populares a refugiarse en los hormigueros foristas. Si Dios no lo remedia, y parece que no está poniendo mucho empeño en ello, la suerte está echada.
El bochornoso acuerdo tácito, o quizás también expreso, del PP con el PSOE, para hacerse con la presidencia de la Cámara asturiana, y vaya usted a saber qué cosas más, será muy difícil de explicar a los militantes y simpatizantes de Asturias que, a buen seguro, estarán alucinados por la peligrosa deriva que está tomando su partido. La absurda inquina vesánica que algunos dirigentes del PP, capitaneados por el inefable alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, están manifestando contra la formación de Foro Asturias, dirigida por Álvarez-Cascos, haciendo imposible cualquier vía de acuerdo con este nuevo partido, está cavando la fosa que enterrará a sus principales protagonistas, con el gran daño colateral de arrastrar a todo el partido.
Si el PP no aborda, con la mayor urgencia posible, un congreso regional que ponga fuera de circulación a sus caducos, gastados y desautorizados prebostes, abriendo sus ventanas para que entre viento fresco, con el desembarco de nuevos dirigentes capaces de poner soluciones a los muchos problemas que están deteriorando gravemente a este partido, tal como está pidiendo la junta local de Siero y muchos afiliados más, no hace falta tener especiales facultades adivinatorias para augurar el final de esta historia.
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