La demagogia da vida al tiempo que la quita
No puedo ir al grano. Me resulta imposible comenzar a darle al teclado sin ir de frente a cometer el pecado que estoy por criticar. Y no tiene nada que ver, en su esencia, con el título que ya escribí.
La cosa es que constantemente me reconcome la misma cuestión. ¿Por qué lee la gente? Pues qué sé yo, si uno se pone a buscar, en lo que sea, encuentra, sólo es cuestión de no estar dispuesto a abandonar sin encontrar, si acabas convencido de que es imposible a simple vista pues coges la lupa, y si no basta, el microscopio, pero si buscas encuentras. De manera que no tengo duda de que sean muchos los motivos que pueden llevar a la lectura. No me parece necesaria la aclaración, mas por si acaso, estoy ablando de la lectura de evasión, de narrativa. La cosa es que, además de toda esa posible galaxia de motivos que llevan a leer, ha de haber, digo yo, uno sinecuanom: entretenerse. Ésta es la cuestión que me tiene naufragando en el inmenso océano de mi escepticismo. Ahora estoy con una policiaca y me cuesta un imperio no perder la trama entre las brumosas y abrumadoras páginas y páginas y páginas describiendo una ráfaga de viento, el vaho que empaña los cristales de una ventana ¡no digamos las elucubraciones sentimentales que no tienen un coño que ver con los crímenes a resolver! ¿A quién carajo pueden entretener estos coñazos? No me lo explico.
¿Y por qué, a raíz de escribir el título, se me vino a la cabeza este engarabintuntanguilado? Pues porque el asesino, el de la novela que estoy leyendo, parece ser, cortó la planta de sus botas y las cosió con la puntera en el lugar que debía ocupar el talón para hacer creer a la policía que había caminado del punto a al b, cuando en realidad se había desplazado del b al a. ¡Coño! me dije, esto parece una metáfora de la gobernación demagógica de este Gobierno, que dice: El asesino es el PP. La víctima España, pobrecita mía estaba ahí cuando llegamos, lo que pasa que no os habíais percatado porque, siendo reciente la defenestración, aún no había comenzado a descomponerse y no despedía mal olor, pero la cuestión no ofrece dudas, es evidente, nuestros pasos no nos conducen a la víctima, todo lo contrario, se alejan camino de la creación de un clon, maravilloso para todos los españoles, de la pobre España que los mal nacidos del PP han defenestrado y como herencia nos han dejado.
Ése es el discurso de la llaga que actualmente nos está carcomiendo y que, ¡cuando la oposición tome el mando! si España comienza a resurgir, la cuerda de jetas comandada por Zapatero o Rubalcaba, o el que sea, seguirá: El resurgir de España es el resultado de nuestra gestión, no hay duda, claramente se ve la dirección de nuestros pasos, de la España masacrada a la España revitalizada.
Sin embargo ya parece que, al igual que la poli en la novela, muchos votantes han descubierto de dónde a dónde caminan estos aspavientosos rompe patrias del Gobierno y su partido, lo cual debiera de resultarme un motivo de alegría, que lo es, pero muy atenuado, porque, a diferencia de la ficción empaginada en la que estoy metido, en la que no me cabe la menor duda de que el delincuente acabará por ser atrapado, debidamente castigado y repudiado ¡por todos! en la triste realidad, a estos carajos, no los van a meter presos, seguirán contando con un buen número de adictos vociferantes y amigos de la gresca, que para eso están mandados a hacer, ¡y disfrutando de un alto estanding de vida mal habido!
Impunidad para la iniquidad y la impudicia. ¡Qué hambruna de justicia!
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