El corazoncito de don Gerardo
Leo en LA NUEVA ESPAÑA que el abogado de la empresa Igrafo exige la nulidad de las escuchas telefónicas del «caso Marea». Minutos después, en la radio, una persona afirma que la petición de anulación está «muy bien fundamentada» y que sin escuchas «el caso se va al traste». Por su sesgo, las declaraciones parecen hechas por el propio abogado de Igrafo. Pero no me sorprende saber que en realidad se trata de nuestro fiscal jefe, D. Gerardo Herrero, también apodado «el Archivador».
Este hombre a duras penas es capaz de disimular su entusiasmo al entrever la posibilidad de volver a ejecutar, una vez más, el acto jurídico que colma de felicidad su corazoncito: el archivo judicial de una causa si entre sus imputados figuran personajes con poder económico y/o relevancia política en nuestra región. En este caso la felicidad es doble, pues en la misma rueda de prensa no perdió la ocasión de dar pistas sobre el futuro archivo de la causa abierta contra su viejo conocido Reinares, acerca del robo de correos de la Sindicatura de Cuentas.
Ya es conocida de todos esa debilidad del corazoncito de D. Gerardo, pues ya se ha puesto de manifiesto muchas veces. El anhelo de cualquier abogado de cliente importante es que de D. Gerardo dependa la instrucción de la causa contra su cliente. Tanto es así que los abogados del «caso Marea» centraron todos sus esfuerzos y su estrategia de defensa en conseguir, a cualquier precio, el traslado de la causa a Oviedo. Para ello encontraron la complicidad del fiscal jefe, sabedor de la impiedad, la inmisericordia y la prepotente implacabilidad de la Justicia impartida en Gijón. Mucho mejor poder apelar a la tierna e inocente benevolencia que D. Gerardo practica sobre imputados pertenecientes a su misma órbita social.
La lucha contra la corrupción política pasa obligatoriamente por una fiscalía fuerte y con un ánimo claro de tolerancia cero. Y D. Gerardo, con su corazoncito tierno, haría mejor papel como abogado defensor de los corruptos que como responsable de su acusación.
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